lunes, 12 de enero de 2015

THE HOUSE OF THE DEAD 2


POR: METALMAN
(Revisión 2.0)

Los juegos de disparos "sobre raíles" no suelen prodigarse demasiado, y eso que pertenecen a un género realmente adictivo y fácil de disfrutar. Que los salones arcade desaparecieran incrementó aun más su escasez, convirtiendo a estos títulos en algo realmente minoritario. Hoy vamos a analizar al que es, desde mi punto vista, su máximo representante.

Tras la fama cosechada por su primera parte, Sega decidió lanzar una continuación en el año 1998, esta vez utilizando su flamante hardware Naomi, base sobre la que se edificaría más tarde Dreamcast (en realidad, se desarrollaron a vez).

El juego se convirtió en uno de los reyes de los salones recreativos, pues contaba con esa inmediatez tan solo poseída por los de su género, además de con una espectacularidad típica de la Sega de antaño...

Estaba claro, como el agua, que la nueva sobremesa de 128Bits contaría con esta maravilla dentro de su catálogo, y en 1999 apareció para Dreamcast.


Pero esto pareció no gustarle a la crítica de medio mundo, pues empezaron a caerle seises y sietes por un tubo (la prensa nacional lo trató mucho mejor que la extranjera). ¿Alguien en su sano juicio puntuaría a esta recreativa con un 7? ¿Qué fallaba entonces en el port de Dreamcast? Pues la verdad es que no fallaba nada. Absolutamente nada.

La versión para consola poseía la misma calidad gráfica y sonora, era 100% semejante en cuanto a jugabilidad, y encima se podía disfrutar al doble de resolución (era uno de los muchos títulos compatibles con VGA, y os recuerdo que la gran mayoría de los muebles recreativos mostraban los juegos a través de pantallas de tubo en baja resolución).

Pero es que, por desgracia, no todo el mundo entendió al genial catalogo de Dreamcast (este juego no fue la única excepción), y se empezaron a valorar de mala manera a todos los ports que venían directamente de las recreativas. ¿Con qué motivo?

Veréis, es sencillo distinguir entre un juego moderno desarrollado para arcades y uno para videoconsolas. Los primeros suelen ser más intensos, pero breves en comparación.


Así pues, un juego que viene de una recreativa jamás durará 12h... Esto se entendió como un defecto en no pocos juegos del sistema, pues Dreamcast vivía, principalmente, de lo que Sega lanzaba en formato arcade.

La supuesta falta de novedades y la corta duración del título lastraron su nota a niveles de crítica profesional. (Es importante destacar que, hasta la llegada de Dreamcast, no existían los ports perfectos de juegos en 3D, y lo que muchos valorábamos era tener la auténtica recreativa entre manos. No queríamos nada más).

Es decir: muchos críticos le pedían a los ports que Sega convertía a su sobremesa que contasen con una longitud impropia de su formato, y fue algo injusto a la vez que desacertado. A una recreativa se le ha de pedir espectáculo en estado puro, simplicidad a los mandos y mucha emoción una vez en faena...el resto no cuenta, o no al menos para un arcade.

Ni que decir del asunto: Ni en 20 horas de juego consigues recorrer todas las rutas de The House of the Dead 2...a no ser que seas uno de los programadores del juego, o que ya te las sepas todas. Así que lo de la duración es muy discutible...


Llegar al final por la ruta estándar es medianamente sencillo, pero descubrirlo todo es algo mucho más complicado. Aun con ello, este juego es una de las experiencias más satisfactorias que jamás se han programado dentro de su género, y jugarlo en dificultad normal o alta supone muchas horas de dedicación.

HOTD2 consta de seis capítulos, con fases a rebosar de enemigos y llenas de elementos interactivos para puntuar extra, o que nos conducen hacia caminos alternativos.

Es extraordinaria la cantidad de objetos a los que podemos disparar, convirtiéndose en un juego realmente perfecto para "competir" por el score más alto.

Además de los enemigos, nuestra atención se deberá centrar en no disparar a los inocentes, quienes aparecen, la mayoría de las veces, rodeados por engendros a los que tendremos que eliminar. Su salvación siempre será recompensaba, bien con extras en forma de salud o como desbloqueo para acceder a ciertas estancias y rutas alternativas.


Las fases nos conducirán por una variedad de entornos externos e internos bastante variados, con ejemplos como la fase inicial en Venecia, el Coliseo romano o las instalaciones de Goldman.

La dificultad del juego es muy variable, pues su menú de opciones nos permite rebajar la dificultad global, así como también nos da la oportunidad de incrementar el número continues y de puntos de vida. Si no variamos estos parámetros el juego requiere de mucha pericia y concentración, pues su ritmo es elevado y los ataques enemigos incesantes. Así pues, sin alterar es bastante duro.

El único punto flojo del título es su burdo doblaje, y es que estamos bastante acostumbrados a criticar los que aquí se realizan (en España), pero es que es tan malo que, aun sin tener ni idea de inglés, y suponiendo que nunca, jamás en la vida, hubiéramos escuchado palabra alguna en el idioma de Shakespeare, pega el cantazo para cualquiera. De verdad que es pésimo.

Ahora bien, la realidad es que ese terrible doblaje crea un aura especial dentro del juego, potenciando ese aspecto tan de serie B que se recrea en pantalla. Desde luego, por muy malo que sea no afecta en término alguno a niveles jugables, y se convierte en un punto cómico bastante recordado.


Los FX y la BSO sí que son de órdago, contando con un número de efectos muy alto y con unas pistas de audio magníficas. Lo bueno de esta banda sonora no es la calidad global de la misma, sino lo bien ajustada que está para con lo mostrado en pantalla, reforzando hasta límites insospechados esa fuerte sensación a serie B que destila todo el juego y que antes os comentaba.

Entrando en materia gráfica, la única tara presente en la versión de sobremesa (en comparación con el arcade), es la aparición de menos sangre, que en la recreativa venían a ser como el triple de "partículas" con cada impacto en el enemigo. (Visto a día de hoy, y con perspectiva, era más que abundante, la verdad).

También cuenta con un trabajo algo más ligero de mipmapping, mostrando algunas texturas con un acabado más rudo y sin apenas filtrados de por medio. (Esto se traduce en una mayor percepción de los pixels reales). Aunque es de recibo mencionar que es casi imperceptible, y que para encontrar la diferencia he tenido que pasarme más de 4 horas comparando capturas del original y del port...y tan solo he encontrado dos míseras texturas con alguna diferencia, de entre más de 70 capturas.

Todo lo demás, a excepción de algún pequeño detalle, puntillista en exceso, es calcado. Sus fabulosas texturas, sus modelados, la tasa de imágenes por segundo...no es un port 1:1 (pixel perfect) pero logra, al menos, un 95% de similitud, lo que es bastante, pues Naomi cuenta con el doble de memoria principal, un caché cuatro veces superior para el sonido y casi 200 megas de memoria intermedia para almacenar los datos de los GD (algunas versiones funcionan directamente con cartucho y prescinden de esta última).


La cuestión es, para resumirlo fácilmente, que a finales de los 90 existían pocas cosas tan impresionantes como este título, y su versión para videoconsola no lo era menos.  Digamos que un "no friki" no podría distinguir una versión de la otra. (Es más, en no pocas reviews se os dirá que no hay diferencia...[porque la realidad es, que resulta inapreciable sin un estudio exhaustivo de por medio]).

La capacidad de Dreamcast para mostrarse en alta resolución aupaba a esta versión por encima de la original, y es que, si bien Naomi permite la conexión por vía VGA, lo más común para un arcade eran las pantallas de tubo, con resoluciones entrelazadas. (Que es como todos lo hemos jugado en los salones recreativos).

Los inexpertos "que dicen ser lo contrario", así como aquellos que jamás entendieron la finalidad de las puntuaciones en los videojuegos, podrían tildarlo de poco rejugable y de limitado, pero se equivocarían de pleno. HOTD2 no es un juego para largas sesiones, sino para jugar con alguien, a dobles, durante periodos cortos, pudiendo picarte toda la santa vida sin aburrirte. Su mecánica es pura habilidad y reflejos, pudiendo mejorarlos siempre.

La historia del juego gira en torno al loco científico Goldman, quien intentó crear un ejercito de extrañas criaturas para salvaguardar la naturaleza...buscando acabar con la humanidad para ello, claro. Sus planes fueron desbaratados, y el lugar donde se llevaban a cabo (la mansión Curien) destruido. (Esto sería el resumen de THOD 1).14 meses después de estos hechos, la agencia AMS recibe una llamada de emergencia del agente "G" (prota del primer juego), quien les comunica nuevos indicios de Goldman en Venecia.


Tras esto, nuestro carismático agente desaparece...y el peligro es inminente... Pero tranquilos, pues los agentes James y Gary están en marcha, y se ocuparán, junto a otros secundarios de la agencia, de pararle de nuevo los pies a este radical amante de la naturaleza.

Vale, no es para darla un Oscar, y bebe en no pocos sentidos de sagas como Resident Evil, pero basta y sobra como excusa para pegar tiros a diestro y siniestro.

Si queréis revivir este magnífico arcade, lo podéis conseguir para Dreamcast (pero descartarlo, pues las pistolas de este sistema no funcionan en teles planas..), en Xbox (viene como extra oculto en House of the Dead 3...pero sus pistolas tampoco valen para las tv´s modernas), en PC (jugarlo con ratón es una porquería, y aunque hay pistolas compatibles con lcd, valen una pasta gansa, además de que la compatibilidad no está 100% asegurada)y por último, para Wii, en el recopilatorio The House of The Dead 2&3, que no es más que la edición de Xbox con el segundo título disponible desde el inicio.

Por supuesto, esta última es la versión más recomendable, pues aunque odio con toda mi alma a ese invento llamado Wiimote, la verdad es que es perfecto para este tipo de juegos. Y si tenéis cable por componentes (que no compuesto) lo podréis jugar en alta resolución. Por cierto, que odie al mando de Wii no hace que mi amor por Nintendo sea menor...


Pues eso: Un juego realmente bueno y emocionante, impresionante en su día y perfecto para jugar a dobles, que además cuenta con un par de extras no presentes en el arcade... Un auténtico "triple A" y, sin duda alguna, el mejor de su género.


2 comentarios:

  1. Esta saga de juegos es la hostia de divertida. Yo jugué en recreativas al 1 y sobre todo al 3 (porque estaba en el Alcalá Norte si mal no recuerdo y antes de entrar al cine me echaba una partida con Rocío)... y tengo el de Wii. Así que en realidad el 2 es el que menos conozco, aún así yo creo que por lo menos lo he completado una vez (pero no recuerdo en que consola... te diría en tu Dreamcast en mi casa hace muuuuuchos años, pero no lo recuerdo). Molan mucho. Son breves, intensos... ¡¡¡y adictivos!!! Como molaba Sega en los 90.

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    1. Pues fijo que lo has jugado en la Wii, porque viene con el 3 (el 3 está bien, pero el 2 tiene más miga). Además, este juego sí que es serie B, pero de la buena.

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