miércoles, 2 de octubre de 2013

FORZA HORIZON



POR: METALMAN

Horizon es un “Spin Off” de la afamada saga Forza, centrada principalmente en conseguir transmitir un enfoque que vira hacia la simulación (sin exceso de realismo). En este caso nos encontramos con un arcade de pura sangre, con controles muy intuitivos y un desarrollo bastante más frenético que en la saga de la que toma el nombre. 

Forza 4 supuso un paso adelante en cuanto a las físicas y al comportamiento de los automóviles se refiere, pero fue un “copy-paste” descarado de su tercera entrega, a la que cambiaron la iluminación y le añadieron un lavado de cara prácticamente inapreciable. Un juego bueno... pero anodino y falto de sorpresas con respecto a su entrega anterior.

Con Horizon han cambiado muchas cosas (para bien), como que, por ejemplo, ahora contamos con un apartado gráfico mucho más llamativo y potente, una calidad de control superior y, sobre todo, la eliminación de esa tendencia hacia coleccionar coches como si fueran cromos.


Su mayor diferencia viene dada por el sencillo motivo de transcurrir dentro un mundo abierto. Se puede decir que Forza Horizon es la suma de Forza, Grid, Gotham y Test drive unlimited, añadiendo además algo de NFS

Playground Games ha puesto el listón muy alto con este juego, lo que significa que Turn 10 (Creadores de Forza) tendrá que ponerse las pilas e innovar si quiere seguir vendiendo juegos.

Es curioso que Turn 10 haya sido la encargada de supervisar y dar el visto bueno a Forza Horizon, cuando sus principales creadores (BIZARRE) ya trabajaban antes que ellos con franquicias de Microsoft, y mucho antes programando juegos de velocidad...


Haciendo honor a la verdad, no creo que Turn 10 tenga nada que poder enseñar a este grupo de programación, formado por lo más destacado de nuestros tiempos en cuanto a juegos de conducción se refiere. Daos cuenta de que Playground Games está formado por miembros de Bizarre (Project Gotham), Codemasters (Colin, Grid), Criterion (Burn Out), Black Rock (Pure, Split Second), Slightly Mad (NFS Shift) y Reflections (Driver)...

Centrándonos ya en el juego, y más en concreto en torno a su apartado técnico, hay que hablar de un trabajo perfecto en este sentido. Si analizásemos por separado cada uno de los cientos de componentes a nivel gráfico,  podríamos determinar que pecan de simples (cosas como el público o la vegetación), pero no debemos olvidarnos de que aparecen por cientos y, lo más importante de todo, que si no nos paramos a apreciarlos con detalle, durante el transcurso de las carreras, serán simplemente brillantes.

La línea del horizonte es prácticamente infinita y jamás presenciaremos su construcción, siendo mucho más espectacular y realista que en títulos como NFS The Run (cuyos decorados comparten entornos abiertos), lo que convierte al motor de Horizon (Basado en el potente engine de PGR3) en superior a todas luces si lo comparamos con el Frostbite de EA. (O al menos, si lo comparamos con el uso que se le dio en el ejemplo).


La iluminación es soberbia, tanto en sus entornos como en los vehículos, y los reflejos están muy conseguidos, así como el cambio de paleta entre los ciclos horarios. 

Y es que, durante el transcurso del juego, podremos disfrutar de un amplio espectro lumínico gracias a la transición día/noche en tiempo "real" (no es tiempo real, pero lo simula muy bien).

El acabado poligonal de los vehículos (incluido el del tráfico) es fabuloso, así como el aspecto de sus interiores y la genial física de los mismos ante los diferentes tipos de terreno (Playground Games ha introducido 65 variantes diferenciadas de terreno).


EL juego se mueve a 30 imágenes por segundo, pero de forma constante (sin un solo bajón o problema gráfico) y con una respuesta demoledora, nada típica en los juegos de conducción con esta tasa de imágenes. No lo cambiaría por una tasa de 60, viendo lo esplendoroso de su apartado gráfico y su rápida respuesta. (Y soy un maniático en estos aspectos).

Horizon da una sensación gráfica superior, debido sobre todo a la genial plasticidad de su engine gráfico, que muestra una burrada de calidades en todo momento a velocidades de vértigo, con un acabado general sobresaliente. Es uno de los juegos más conseguidos a nivel técnico de esta generación.

La sensación de velocidad a partir de 220 Km/h es simplemente bestial, de lo mejor que he visto dentro del género. Los desperfectos en los vehículos son simplemente correctos y para nada deslumbrantes, pero más que suficientes para un arcade.


La única concesión que Playground Games ha realizado, para poder dotar a todo el conjunto de esa potencia, ha sido reducir la animación de sombreados del entorno, que se moverán a una velocidad entre 5 y 10 veces más despacio de lo normal, siendo inapreciable en movimiento. Solo si nos paramos ante la sombra de un árbol (por ejemplo), veremos el recorte de animación. Pero insisto en que es un recorte lógico, y mientras jugamos jamás lo apreciaremos, dando gracias a este sistema por permitir mostrar mayores alardes en otros aspectos. 

A nivel sonoro, el juego es igual de increíble que en su apartado gráfico, contando con unos sonidos de motor muy conseguidos y contundentes, a la par que cuenta con un abanico de FX ricos en detalle y de notable calidad en términos generales.

Su banda sonora es variada (con matices…), contando con tres emisoras diferentes (2 de música electrónica y una de Rock) que proporcionan diversidad y calidad, pero que debido a la amplia duración del título pueden convertirse en escasas tras muchas horas. (No son de mi gusto, pero la música elegida le sienta como un guante al título). 


Pasando a la jugabilidad, no puedo calificarla de otra forma más que como realmente buena, contando con un control arcade de muchos kilates y, como mencionaba anteriormente, con una respuesta increíblemente rápida, lo que redondea en un control a años luz de muchos otros arcades de conducción que transcurren a 30 imágenes por segundo.

El control de los vehículos me recuerda mucho al que ofrecían títulos como Project gotham Racing 3 y 4, pero evitando los excesivos virajes de los mismos.

En Horizon participaremos en un festival ficticio con el mismo nombre, que transcurre en una representación más o menos realista de Colorado (EE.UU), cuyo mapa se llenará de pruebas a medida que avancemos. Este avance está divido por “pulseras de color”, es decir, que al acabar la primera tanda de pruebas, y si hemos conseguido la puntuación necesaria, se nos dará una nueva pulsera que nos permitirá optar a nuevas carreras.


Lo normal es optar a tres tipos de carreras, que transcurren en circuitos cerrados, en tramos abiertos con o sin circulación y en exhibiciones de diversa índole, donde podremos enfrentarnos a avionetas, helicópteros, globos y demás desafíos sumamente originales y divertidos.

A parte de esto, encontraremos pruebas alternativas en algunas zonas del mapa, que se pueden considerar como carreras callejeras, y que en algunos casos nos permiten, tras conseguir una nueva pulsera, enfrentarnos al rival más significativo del capítulo (en duelos que recuerdan en exceso a los vividos en NFS Carbon) en un duelo con tráfico (muy buenos, por cierto).

Al ganar una carrera podremos participar en una contrareloj en ese mismo circuito, otorgando más variedad de modos. A lo que debo de añadir, antes de que se me olvide (que yo no lo utilizo mucho…) la posibilidad de retar a cualquier participante que encontremos en el mapa.


Aquí contamos con las mismas opciones de personalización de vehículos que en el resto de la saga Forza (en este aspecto no hay rival a la altura), incluido el escaparate para comprar y vender diseños a través de LIVE.

Variedad de tramos (misma temática, distintos terrenos), carreras de día y de noche, vehículos muy bien elegidos y con gran variedad de fabricantes, posibilidad de tuneo visual y de rendimiento, redondean en un amplio abanico de posibilidades, muy logrado y satisfactorio.

La dificultad del juego es tirando a baja, donde en dificultad normal no tendremos problemas hasta, más o menos, el 50% del juego, siendo casi imposible que nos ganen si tenemos experiencia en arcades de carreras. El modo de rivales “Difícil” es la auténtica gloria, y la IA se comporta de forma muy eficiente, logrando carreras muy divertidas y competitivas. En este sentido, Horizon también recuerda a PGR, implementando en los niveles difíciles la misma (y malévola) calidad de competición.


Horizon es un arcade increíble, sin fisuras o fallos remarcables, convirtiéndose en uno de esos juegos, con tantas virtudes y de tanta calidad, que logra dejar en segundo plano cualquier error o minucia de menor grado. A nivel gráfico es de lo mejor jamás programado para Xbox 360, al igual que en su plano sonoro y jugable, donde quiero incidir aclarando que, además de las opciones descritas anteriormente, tendremos la posibilidad de buscar por el mapeado “coches abandonados” y “carteles de descuento”…

Lo mejor es su control, heredero directo de Project Gotham, pero más afinado aun y con una respuesta simplemente maravillosa donde, además, las sensaciones transmitidas a toda velocidad (increíble ir por autopista a más de 250….) y la calidad de comportamiento en distintos terrenos (muy logrado el cambio al pasar de tierra a asfalto, por ejemplo) hacen de Horizon un arcade de velocidad indispensable, superando, inclusive, al poco novedoso Forza 4

Si te gustan los juegos de velocidad, te gustará Forza Horizon, porque es lo mejor (en términos arcade) que ha aparecido en años. 


Solo se le podría pedir más variedad climática, que es algo que en esta generación no parece estar de moda, pues no hay lluvia, ni viento… Pero sigue siendo un imprescindible de Xbox 360 y, sobre todo, el renacer de un grupo de programación majestuoso, que ahora comparte su buen hacer con los mejores programadores de juegos de carreras de la actualidad. Imprescindible.

9/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario