TRIALS: EVOLUTION

POR: METALMAN

La pandilocura, el macarrismo absoluto y los conceptos más alocados están siempre lejos de las superproducciones, por culpa de esa maldita manía, que se acentúa cada día más, de no arriesgar o de conformarse con aquello que funciona...por suerte, las producciones independientes están ahí, al igual que los Indies, para darnos realmente lo que queremos: Diversión sin complejos.

Trials: Evolution es, posiblemente, adalid de este sentimiento, pues nos obsequia con una realidad tan alterada y tan loca que, seguramente, ningún estudio de presupuesto holgado se atrevería con él.

Y no es que sea bizarro o incomprensible, pero es valiente...porque permite hacer el cabra y el ridículo de forma magistral, a la vez que nos plantea un reto con base en la habilidad.

Atravesar una presa mientras se derrumba, transitar por un bosque donde la gravedad no responde a las leyes físicas, saltar desde 50 metros de altura...todo es posible y exagerado en Trials.

Pero que sea exagerado no significa, en absoluto, que no parta de una base realista o estable, pues las físicas del juego son altamente creíbles, y están programadas con absoluta maestría. 

Aquí de lo que se trata es de recorrer, a lomos de nuestra "jaca", los imposibles circuitos que se suceden ante nuestros ojos, llenos ellos de baches, saltos, explosiones y humor...mucho humor.

La finalidad es llegar a la meta, y el reto en esencia es hacerlo en el menor tiempo posible y, a poder ser, sin perder vidas por el camino.

Podemos caer tantas veces como sea necesario, pues no hay un límite, pero la gracia está en batir el tiempo de referencia, que nos marca el crono necesario para optar al oro. También existen marcas para la plata y el cobre.

Pero no nos valdrá con estas últimas más que al inicio, pues para desbloquear la totalidad de los capítulos del juego, el mismo, nos requerirá que juguemos por el primer premio.

   

La gracia del asunto es, requerimientos a parte, que nos sentiremos obligados, por nosotros mismos, a hacerlo todo lo bien que podamos. Y esto es lo que hace grande a Trials: Evolution, pues siempre se puede mejorar, y su sistema de control es una maldita maravilla.

Controlar nuestra moto es sencillo, acelerando con un gatillo y frenando con otro. El resto del control se basa en el stick izquierdo, requiriendo su constante ajuste, que repercute en la inclinación del motorista y de su caballo de metal...

Pero claro, existen multitud de baches a superar, y algunos exigen concentración máxima. No es un juego complicado de jugar, pero sí es exigente para triunfar con puntuaciones y tiempos aceptables.

Al inicio contaremos con una moto bastante precaria en términos de potencia, aunque tras avanzar en determinado número de pruebas, y de superar los exámenes necesarios, iremos adquiriendo máquinas más veloces.

Estas nuevas motos nos permitirán conseguir el oro en pruebas ya pasadas, donde el crono era demasiado exigente. Los exámenes, por su parte, son sencillos, y se imponen para enseñarte pequeños trucos la mar de útiles.

Dar vueltas de 360º, rebotar en paredes, subir pendientes infernales, equilibrar la moto en el aire, aprender a impulsarnos correctamente (tal y como lo hacen los pilotos de trial en la realidad)...

Ahora, tras haber entendido que la cosa va de piruetas y de velocidad, imaginaros que lo hacéis a través de campos de batalla, entre explosiones, con saltos por encima de helicópteros...y en mil y una situaciones en torno a circuitos que parecen montañas rusas.

Por si la estampa narrada no fuera suficiente, también hay que añadir los "grititos" cómicos de nuestro piloto y las mil formas de estrellarse que vamos a presenciar. Algunas de ellas son para morirse de la risa.

Es divertido, está muy bien realizado, suena a auténtica gloria y sus físicas son para celebrarlo, pero he de insistir en que lo mejor es como te pica, y en la forma tan genial que tiene de ir convirtiéndote, poco a poco, en un auténtico piloto dentro del mismo.

Es el típico juego de : "Una partida más y lo dejo", pero terminas jugando otras tantas, pues es un vicio de los de verdad. Droga de la buena, nenes.

Existen modos multijugador (exquisitos) con pistas de varios carriles, editor de circuitos, posibilidad de personalizar motos y atuendos, acceso a puntuaciones mundiales e infinidad de pruebas en el modo de un jugador, convirtiendo al título, en cierto modo, en casi infinito.

Si de verdad existe un arcade que roce la perfección, Trials: Evolution es ese juego. Sin duda alguna.

Una maldita obra maestra y un juego realmente indispensable. Lo tenéis disponible para PC y Xbox 360, siendo prácticamente indistinguibles ambas versiones.

Pura genialidad. No dejéis de ver el vídeo adjunto, donde se os dejará muy claro el tipo de pandilocura que supone.

9,4/10