lunes, 31 de marzo de 2014

BRICONSOLA


POR: METALMAN

Briconsola es uno de los sites privados más representativos de la Old School gamer, y también uno de los lugares desde los que más esfuerzo y empeño se ha mostrado a la hora de entender a los videojuegos como una cultura a la par que el cine, la música o la literatura...y la culpa la tiene un señor llamado Jordi Besalú.

Los videojuegos siempre han sido tratados, popularmente, como si de un simple pasatiempo se tratasen. En realidad lo son a efectos prácticos, sin duda, pero detrás de cada creación hay arte, y tras el mismo siempre se esconde una cultura.

En la actualidad, el fenómeno del videojuego es más una industria, que busca rentabilidad muy por encima de trascendencia, aunque ahí está el panorama indie, y algunas desarrolladoras de alto calibre, para continuar con lo que significó desde sus inicios: una nueva forma de expresión interactiva.

Los que nacimos en los 70 vivimos durante nuestra infancia la auténtica eclosión del medio en los hogares, bien mediante micro-computadoras o en forma de videoconsolas. Pero éramos los primeros, los pioneros del medio, y se nos consideraba extraños cuando manifestábamos nuestra pasión. "Jugar a la maquinita" o "a los marcianitos" eran términos bastante comunes y despectivos de por aquel entonces.


Pero éramos niños, o adolescentes, y no tenían la mayor importancia. Esto cambió al ir creciendo, y los que nos convertimos en adultos, antes del nuevo milenio, y seguíamos disfrutando con la misma afición, tuvimos que soportar que las vejaciones siguieran incidiendo en nosotros: "eres muy mayor para eso", "a tu edad y sigues jugando con videojuegos"... Podías seguir viendo cine, leyendo libros y escuchando música, pero como estuvieras interesado en el videojuego a cierta edad, eras visto como un paria.

Supongo, y es una interpretación propia, que los que disfrutábamos con esta afición no solo la amábamos per se, sino que marcó nuestros recuerdos: Los de estar jugando al lado de algún amigo, los de compartir partida en los salones recreativos, el de intercambiar los juegos...no solo era una experiencia interactiva, sino que también tenía un punto social, y esto se convirtió en recuerdos. Recuerdos tan valiosos como los que proporciona una fotografía o un vídeo casero. 

Nadie tira sus fotografías al hacerse adulto (a no ser que quiera romper con el pasado) y, sin embargo, deshacerse de las máquinas con las que crecimos era casi una obligación...en gran parte, por ese estigma social que poseían si las usábamos llegados a cierto punto de nuestras vidas.


A esto hemos de sumarle las ficticias, pero increíbles, sensaciones que vivíamos: explorar la galaxia en Frontier, encontrar el Big whoop en Monkey Island, controlar con nuestras propias manos el destino de ese Indiana Jones venido a menos que fue Pitfall o jugar a darle esquinazo a los veloces fantasmas de PacMan...eran experiencias carentes de realismo, pero experiencias al fin y al cabo, imposibles de ser reproducidas en la realidad.

Llegados al nuevo milenio, y ya convertido en un entretenimiento de masas, el videojuego se empezó a integrar de una manera menos alienada y mejor vista, hasta convertirse en el pasatiempo social más valorado y en auge, destronando al cine y a la música en ganancias globales. Desde mi punto de vista, esto propició que el medio se simplificara y que perdiera parte de su identidad...pero esa es otra historia.

Muchos de nosotros volvimos a engancharnos con fuerza a este tren más reluciente, y empezamos, sin comerlo ni beberlo, a rememorar tiempos pasados...no es que fueran mejores, es que eran el inicio de una nueva forma de expresión, y el romanticismo y la valentía que poseen los cambios sociales, en sus inicios, se convierten en carencias y en estándares poco distinguibles con el paso del tiempo. 


Conducir un Focus es mucho más agradable que manejar un Ford T, pero la impresión que provocó este último en 1908, y la huella que dejó, no la dejará ningún otro vehículo sobre ruedas en la historia de la humanidad, y en su tiempo era una aventura, una novedad, una puerta abierta en la imaginación y un nuevo mundo de posibilidades...cualquiera que lo poseyera en su día te lo transmitiría con alguna de esas sensaciones en mente, y no creo que hoy, tengas un Focus o un Peugeot, o el que sea, puedas contemplar a un coche como una aventura semejante o como una novedad a gran escala. Es común y cotidiano, lo que hace que sea menos llamativo e impresionante en ciertos términos. Si te cruzaras con un solo coche al mes, ese encuentro sería impactante, pero te cruzas con cientos de miles todos los días...

Jordi Besalú llegó a ese punto de necesidad, y supongo que el recuerdo de su preciada Master System II era tan poderoso y singular que necesitó volver a sentirlo, y no dudó en comprarla de nuevo.

Y esto le hizo sentirse bien, más completo a nivel personal, y decidió continuar con su gesta, aspirando a disfrutar de todo aquello que en su infancia tenía más peso. Se convirtió en coleccionista, y llegó a entender a ese símil con las fotografías: Los videojuegos también son recuerdos, con la salvedad de que estos últimos puedes revivirlos realmente, y no solo contemplarlos.


Su pasión por el videojuego se sumó a su curiosidad, y decidió, como cualquier otro artista, que podía integrar su sello en aquellas máquinas, mejorándolas o, simplemente, adaptándolas a sus gustos...Ya teníamos al Jordi coleccionista y al Modder, pero nuestro protagonista quería compartirlo, y si a él le había hecho sentirse mejor recuperar parte de su pasado, ¿por qué no transmitirlo?

Y nació Briconsola, en un primer momento como un proyecto personal, sin web de por medio, para más tarde convertirse en accesible para todo el mundo.

Cualquier reparación que Jordi conseguía era compartida, en detalle, dentro de la web. Cualquier modificación que realizaba también era colgada, y casi cualquier cosa que Bricoman aprendiera y consiguiera dentro del mundillo.


Hay que tener claro que Briconsola no es un foro (aunque lo posee también) donde aportan cientos de usuarios, y es un lugar creado, casi al 100%, por una sola persona. Jordi repara, analiza juegos, crea modificaciones, tutoriales, reportajes y es webmaster. Por si fuera poco, también se encargaba de mantener vivo al servidor que acogía a la web hasta 2013, y que no era otro más que el Akiles, el ordenador que preparó para tal fin (en sus diferentes versiones). Jordi es un One Man Army.

Briconsola es la primera web particular dedicada íntegramente al modding de consolas en España, y una de las culpables del auge por la afición. El hecho de que alguien profesionalice, y convierta en más técnica una pasión, hace que los demás lo vean como algo más culto y valioso.

Ojo, que lo importante no es ser el primero o el último en crear el medio, sino en el valor del mismo en torno a los demás, y Briconsola es una "must have" tanto en nuestro país como fuera, siendo fácil encontrar referencias y enlaces desde cualquier otra web que comparta temática.


Hoy en día puede parecer un site limitado en cuanto a la información que contiene, pero el motivo de esto es la creación de la nueva web (de la que también se encarga Jordi, a solas), y a que poco a poco se van pasando los miles de archivos que contenía la anterior...y se debe entender que era un material que no paró de crecer durante siete años...Pero tranquilos, que más pronto que tarde lo encontraréis todo de nuevo!

Yo encontré la web por casualidad, fruto de alguna duda en relación a "x" videoconsola (no lo recuerdo con exactitud)...y claro, cuando empecé a indagar por la misma, y gracias a la inmensa cantidad de material técnico que albergaba, quedé fascinado. Me sentí obligado a felicitar a su creador, y le pedí permiso para enviar documentos de mi puño y letra (más bien, de mi puño y tecla).

Hoy leo esos documentos y no me encuentro...eran muy simples y bastante feos, pero supongo que Jordi vio la pasión por encima de la técnica, y me invitó a ser parte de Briconsola. No es que hoy en día me considere un profesional, pero puedo asegurar que es lo que intento...a mi manera.


No es sencillo crear un medio así, y nunca cesaré en mis elogios hacia Jordi, ya que os hablo de un tipo que no sabía de programación, ni de creación de páginas web, ni de cómo funcionaba todo este mundillo en un inicio, y tuvo que aprender a cocinárselo el solito: El fruto es un referente, y todo un ejemplo de constancia.

Me tiraría las 24 horas escribiendo sobre mi lugar favorito de la red, pero lo justo es que lo comprobéis por vosotros mismos, que visitéis la web y valoréis lo que digo: http://www.briconsola.com/

Yo, por mi parte, quiero utilizar este texto como agradecimiento, por hacerme sentir parte de esa familia tan extraordinaria, y para felicitar esos 8 años de existencia, que son muchos, muchísimos, para un lugar creado y mantenido por una sola persona. Y ahí seguiré mientras Jordi continúe con su proyecto, aportando lo que pueda.

Feliz cumpleaños!!  

3 comentarios:

  1. Yo conseguí arreglar mi Wii gracias a los tutoriales de Briconsola (y soy un torpe y un analfabeto en cuestiones de electrónica y todo eso...) así que con eso os lo digo todo. Además esta web fue la primera que enlazó mi blog... lo que le estaré eternamente agradecido. Me encanta perderme entre las tripas de Briconsola leyendo cosas que no siempre entiendo del todo... pero que igualmente me fascinan.

    Feliz cumple a esa pedazo de web!!!

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  2. Muchas felicidades a briconsola yo aprendí a reparar mis viejas consolas como mi jaguar y jaguar cd y en verdad aprecio lo que hacen por ayudar alos old gamer a reparar sus viejas maquinas y enseñarles alas nuevas generaciones que lo que importa es el juego y no el juguete

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