GATTACA

POR: METALMAN

Gattaca fue una película que pasó sin pena ni gloria para el gran público, aunque con el tiempo, y gracias al boca a boca, ha ido potenciando su necesidad de ser vista, a la vez que se transformaba en un auténtico film de culto.

Imaginaros un futuro en el que la selección natural pasara a un segundo plano, dejando en manos del hombre el diseño de sí mismo, jugando a ser dios por medio de la genética.

"Producir" sujetos perfectos, carentes de estigma alguno y desprovistos de limitaciones físicas. Todos fuertes y sanos, todos aptos y potencialmente útiles...

La Eugenesia no es nueva, y parte de una base sencilla: seleccionar a los mejores candidatos para crear un árbol genético superior al que conseguiría la arbitrariedad natural. 

Los reyes, nobles y poderosos en general, ya jugaban con esta idea en el pasado, limitando sus relaciones en torno a un circulo de poder similar e inclusive familiar. La sangre azul no pasaba a las venas de cualquiera, y si lo hacía terminaba por resultar en una creación reconocida como bastarda.

Esta loca idea se potenció hasta extremos deleznables (con algunos matices) en pleno siglo 20, durante el que la humanidad fue testigo de proyectos tan deplorables e infrahumanos como el famoso Aktion T4...sea como fuere, pertenecemos a una raza clasista por naturaleza, y algo burda en cuanto al entendimiento de la perfección.   

Y yo me pregunto: ¿que pasaría con los "menos aptos" (por el motivo que fuera) en una sociedad limitada por la calidad de sus genes?. Andrew Niccol debió plantearse la misma cuestión, y dio rienda suelta a su imaginación para crear un guión en respuesta, que más tarde terminaría convirtiéndose en un fabuloso metraje: Gattaca.

Una pareja decide concebir a un hijo de forma natural, sin tratamiento genético alguno de por medio, y al nacer el mismo es considerado como "no apto". En este futuro cercano basta con un simple análisis de sangre para detectar cualquier posible tara en el recién nacido.

Nuestro protagonista es catalogado como propenso a padecer enfermedades del corazón, y se le da una esperanza de vida de 30 años...así, nada más nacer.  

Dos años más tarde, sus padres deciden tener otro hijo, pero esta vez mediante fertilización artificial: Será alto, fuerte y no contará con ninguna limitación genética heredada.

Vincent (Ethan Hawke) es adoctrinado durante su infancia y juventud para asumir sus limitaciones: Alguien con una esperanza de vida tan pobre, que necesita del uso de gafas y que no posee un aguante físico a la altura, no podrá estudiar, ni optar a ningún puesto relevante en la sociedad. Solo aquellos que son genéticamente aptos pueden progresar y tener ambiciones.

Pero Vincent tiene sus sueños y sus esperanzas, como cualquier otro mortal, y aspira a ser un astronauta algún día. Aunque la realidad le asfixia, ya que su perfil genético tan solo le permite acceder a ser un limpiador.

En esta sociedad no importa la imaginación, la ambición o la preparación, y la prueba a superar, para acceder a cualquier puesto, pasa por un análisis sanguíneo. Es imposible ocultar las limitaciones ante los demás...

Vincent sigue estudiando, extraoficialmente, para su propósito, hasta que llega a un punto en el que entiende que no son sus limitaciones las que le están frenando, sino las de los demás, las de esa colmena con un único baremo válido para medir las posibles aptitudes. 

Sus límites no son un problema real, pero ha de engañar al sistema para poder alcanzar su meta. Aquí es donde entra en juego Eugene (Jude Law), un candidato perfecto que tuvo un accidente, y cuyas secuelas le condenaron a vivir sobre una silla de ruedas.

Eugene dejó de ser válido a nivel social, aun con su apabullante calidad genética, así que, a cambio de ciertos cuidados, y de una cantidad de dinero mensual (no puede sobrevivir económicamente por si mismo), dejará que Vincent suplante su identidad, y compartirá su sangre "y su orina" para ayudar, mediante ingeniosos trucos, a que Vincent pueda sortear los numerosos controles que le esperan día a día.

Vincent sufrirá hasta límites inimaginables para poder hacerse pasar por Eugene, ya que requerirá de cierta transformación previa, y tendrá que evitar dejar muestras de sí mismo en cualquier lugar que frecuente: un simple pelo, o un resto de piel muerta, podría delatarle, y en esta sociedad tan escrupulosa es fácil que suceda.

Básicamente, y sin entrar en demasiados detalles, esta es la trama de Gattaca, pero lo importante son sus mensajes, que nos hablan del peligro de la genética, mal entendida y aplicada, y de nuestra absurda capacidad para limitar socialmente, y en excesos aborrecibles, al que posee cualquier tipo de falsa limitación.

Hoy en día hemos visto a corredores profesionales sin piernas, a gente buceando en silla de ruedas, a ciegos montando en bicicleta...y aun así, gran parte de la sociedad sigue sintiéndose superior al entenderlos como menos aptos...cuando han demostrado estar a un nivel superior que el resto, ya que pueden permitirse el lujo de llegar más lejos, aun con menos medios.

Al final, Vincent nos enseña que los límites no están escritos, al igual que el destino, y que las taras solo son válidas si las contemplas como tal, o si no luchas para que los demás dejen de percibirlas.

No solo hay un debate genético interesantísimo dentro del film, sino que también ahonda en existencialismos, en humanidades y en el sujeto por encima de la absurda y predecible masa, auto-limitada siempre por un convencimiento que no es propio, sino inculcado.

Uno no puede dejar de pensar en aquellos grandes genios (como Einstein) que fueron catalogados, por el sistema imperante en sus tiempos, como inválidos a ciertos niveles...la realidad pateando a la realidad: Las ideas preconcebidas, o no analizadas desde un punto de vista propio, se terminan convirtiendo en grandes mentiras. Si no puedes volar es porque no te lo has propuesto, o porque formas parte de esa corriente que asume, en su maldita incredulidad, que es imposible.

Gattaca va más allá del simple entretenimiento, y debiera ser obligatorio su visionado en cualquier centro de enseñanza, con motivo de sus altos, y acertados, valores morales.

Es considerada por muchos como una variante del Cyberpunk, denominada como Biopunk, aunque no comparto tal nomenclatura, ya que transcurre en un futuro distópico, rebosante de tecnología mal empleada, que aísla al individuo con su férreo control y le obliga a luchar contra el sistema: Es ciencia ficción pura por su planteamiento fantástico pero posible, pero es también Cyberpunk real, por la rebeldía del protagonista contra ese dañino avance tecnológico que impera, llamado sistema.

Es una maldita obra maestra que nadie debiera perderse. Y si os gusta, también os recomiendo El señor de la guerra, la otra grande de Niccol, aunque más centrada en un problema real que en uno posible.

Estupendos todos los actores (incluida Uma Thurman, a la que no he mencionado) y fabulosa la dirección, el sonido, la fotografía...como único fallo, y no tiene demasiada importancia, yo diría que sobra la línea argumental del hermano, que acaba por no significar, ni aportar, nada para con la trama...aunque termine en una de las frases más memorables del film:

"-¿Como has podido llegar hasta aquí? -Dándolo todo, sin guardarme nada para el camino de vuelta."  

9,2/10