lunes, 24 de marzo de 2014

INFAMOUS: SECOND SON


POR: METALMAN

Infamous se presentaba como la primera justificación de peso para la nueva generación (al menos en PS4), mostrando un apartado técnico realmente conseguido y una supuesta riqueza jugable y de guión también acorde...no creo que llegue a cumplir al 100% con ninguna de sus promesas o espectativas, pero en conjunto nos encontramos ante el primer obligatorio para la máquina de Sony.

La sociedad cambió en el mismo instante durante el que los "conductores" se dieron a conocer. Sus poderes, sustentados en la absorción de cualquier tipo de energía o material, aterrorizaron al resto de humanos. ¿Quien los controlaría? ¿cómo se podría asegurar que no los emplearían para hacer el mal?

La humanidad decidió exterminarlos, y se libró una tremenda batalla entre esta nueva especie y la dominante...pero un buen día las cosas cambiaron. Llegó el DUP, que consistía en un cuerpo de élite formado también por conductores, aunque al servicio de la humanidad. (Fight fire with fire, que dirían los Metallica).


Su tarea consistía en capturar a todos los que fueran distintos, y mantenerlos alejados de la sociedad. Ya no se les exterminaba, pero la privación de la libertad seguía ahí, por culpa de nacer con una distinción.  

En Second Son manejaremos a Delsin, un joven que descubre, por accidente, ser un conductor. Su poder le permite absorber las cualidades de otros semejantes, y a través de él decidiremos si emplear nuestras capacidades en pos de ser aceptados socialmente, o si comportarnos con el Lex Talionis por bandera, ejerciendo para con la humanidad el mismo odio recibido por los de su especie.

Basta con conocer medianamente la trama base de X-Men (o haber disfrutado de los films) para encontrar potentes semejanzas y dilemas similares. Así que la idea es la misma: Elegiremos ser un héroe, o un villano.


Esta idea se lleva a cabo mediante un mundo abierto, bastante similar al de propuestas del estilo Grand Theft Auto, aunque con un enfoque jugable más cercano al del grandioso Crackdown o al del simplemente entretenido Prototype.

Por todo el mapeado encontraremos dispersas diferentes tareas, bien sean las misiones principales de la trama, o pequeñas tareas secundarias, que dotan al entorno de mayor utilidad. Delsin podrá moverse utilizando sus poderes, que le ayudarán a volar, a trepar por edificios y a luchar contra el enemigo...quien nosotros mismos decidiremos, insisto.

La base del guión daba para crear algo realmente trascendente y profundo, pero en Sucker Punch se han decidido por convertirlo en cliché para todos los públicos, terminando por parecer la lucha mental de un adolescente que flipa con sus nuevos dones, antes que una real y moral, en la que la injusticia, el clasismo y el racismo han de ser combatidos, como en la realidad.


Jugablemente es un título que engancha, pero que también muestra deficiencias en cuanto al número de opciones que propone...es divertido, pero acaba siendo un "siempre lo mismo". Apenas existe variedad o riqueza jugable: Visto el principio, visto el final.

No es un fallo garrafal, pues funciona como entretenimiento, pero es el tipo de síntoma que se convierte en desagradable pregunta: ¿Hacía falta un salto generacional para esto?

Existen juegos similares, y también mucho más completos, dentro de la séptima generación. Second Son hace muy bien lo que propone, pero no implementa nada arriesgado, y menos aun algo nuevo.


Donde está muy bien planteado es en torno a los poderes de nuestro protagonista, ya que van apareciendo nuevas formas de los mismos durante todo el transcurso de la aventura, pudiendo inclusive potenciarlos y optar a nuevas vertientes...es más, cuando finalizas el juego sigue habiendo habilidades por descubrir.

Es posible que mis espectativas fuesen demasiado altas, pero esperaba mayor variedad de situaciones, y el juego daba para ello. Por ejemplo: durante el transcurso de la historia nuestro hermano tiene un peso importante, pero tan solo aparece para hacer avanzar al guión, cuando perfectamente se le pudo utilizar como parte jugable, controlándolo arma en mano (es un policía, humano) o utilizando vehículos, en persecuciones...

Y es que un mundo tan grande, y tan detallado, se convierte en simple adorno cuando no sirve para casi nada. No podemos nadar, conducir o realizar otra tarea que no sea saltar/volar, caminar por las calles o luchar contra contra el DUP. Falta imaginación, y necesita de mayor utilidad.


Por desgracia, se trata de un proyecto en el que se nota que ha primado la espectacularidad gráfica por encima de cualquier otro apartado. Técnicamente es un juego muy currado, con unas texturas enormes y con un uso de la iluminación magistral.

Aquí se acabó lo de ver aparecer, súbitamente, parte de los escenarios, y todo se muestra con una solidez remarcable. A primera vista parece un título no demasiado distante de obras como Grand Thef Auto V, pero basta un cara a cara para ver el salto: las construcciones son mucho más complejas, los sombreados están mejor definidos, la distancia de visión es innegablemente superior y los pequeños detalles están por todo el decorado, en un número imposible para cualquier título de la pasada generación.

Lo más destacable son los acabados de los personajes principales, que cuentan con número elevadísimo de polígonos para tratarse de un Sandbox, así como algunos FX de iluminación y de partículas, aunque estos últimos son más efectistas que potentes. (Las animaciones faciales de los personajes con más peso son muy buenas).


En contrapunto, los enemigos no poseen ninguna variedad de diseño, y resultan poco carismáticos. Los transeuntes parecen de la pasada generación, y los vehículos que circulan por las carreteras dan un poco de grima a todos los niveles. El agua también es un elemento maltratado, ya que no permite interacción alguna y está recreada con muy poco mimo.

Tampoco existe una gran interacción con el entorno, y tan solo podremos destruir vehículos, las torres y los carteles del DUP...aquí no hay salto generacional evidente.

En definitiva: la ciudad, como marco del juego, es realmente impresionante a nivel de credibilidad arquitectónica, pero está muy mal empleada y contiene elementos demasiados repetitivos y poco interactivos.


El juego nos llega completamente doblado, y si bien se agradece el no tener que estar leyendo en mitad de la acción, no se puede decir que sea un trabajo brillante...en general es un doblaje bastante regulero, tirando a malo.

Es un tanto triste que juegos más antiguos (como el mismísimo Infamous 2) sean más ricos en sus propuestas, e inclusive más atrevidos. Es un título competente, atractivo y divertido, pero como ya os comentaba: No hace falta una máquina nueva para esto.

He podido completarlo al 100% en unas 20 horas, lo que puede considerarse una buena duración.


Os diga lo que os diga, Second Son se ha convertido en un imprescindible, más por la falta de competencia que por su propio peso, pero es innegable que el juego resulta entretenido de principio a fin, y bastante agradable para la vista...pero es de esos títulos en los que te haces demasiadas preguntas, ves demasiadas lagunas y en el que no encuentras una verdadera distinción, más allá de su acabado.

Si tenéis una PS4 es un "must have" hoy en día, pero no es motivo suficiente como para dar el salto a la octava generación. Pienso que las prisas, por convertirlo en uno de los primeros lanzamientos exclusivos, han jugado en su contra de mala manera.

En mi caso, lo he pasado muy bien con él, pero necesitaba un nuevo referente, una nueva forma de jugar, nuevos motivos antes no contemplados, detalles únicos y propuestas más frescas...y no lo he encontrado en este juego. No es suficiente con mostrar más polígonos.

Un pequeño salto visual hacia delante, pero dos pasos atrás en cuanto a innovación o propuesta. Muy entretenido, nada trascendente.

6,9/10

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