jueves, 26 de febrero de 2015

SPLIT SECOND: VELOCITY


POR: METALMAN
(Revisión 2.0)

Por mucho que parezca un juego de velocidad, Split Second es, por encima de todo, un espectáculo de destrucción masiva. Es importante alcanzar el primer puesto, como en cualquier otro título de competición, pero lo es más aun destruir toda la maldita ciudad por la que transitamos, adversarios incluidos.

Split Second es de esos juegos únicos dentro de su generación, y en la séptima destacó, principalmente, por resultar en un arcade explosivo cuando la tendencia era la de los "Real Driving Simulators".

Hemos tenido algunos ejemplos similares, como Full Auto, Blur o Flatout Ultimate Carnage, aunque ninguno de ellos llegó a ser tan redondo en todos y cada uno de sus aspectos.  El título que nos ocupa brilla más en términos técnicos y de diseño, y hasta se atreve a variar la forma típica en la que destruimos a los rivales.

Aquí no hay armas, ni defensivas ni ofensivas...tampoco contamos con vehículos dotados de la suficiente potencia como para destruir a los rivales (a base de impactar contra ellos), y echarlos de la pista es factible, aunque tan solo en determinados tramos...¿no era un juego de destrucción?


Se trata de emplear el entorno contra los contrincantes, y es sencillo de explicar: Los circuitos forman parte de un espectáculo televisivo, y a lo largo y ancho de los mismos existen lugares en los que se han colocado explosivos. También nos encontraremos con grúas dotadas de palas enormes y accesos que se abren y se cierran al activarlos (entre otras "trampas").

Nosotros poseemos un indicador triple, que se va cargando a medida que derrapamos, saltamos o mantenemos el rebufo. La primera sección del indicador nos permite activar pequeñas explosiones en edificios o en vehículos trampa, aparcados por los tramos que recorremos, la segunda nos da opción a detonar cargas más dañinas (o dos de las simples) y la tercera, que requiere de mayor tiempo de carga, nos deja destruir grandes estructuras: puentes colgantes gigantescos, rascacielos, torres de comunicaciones, montañas, porta-aviones...hay que verlo para creerlo.

Cuando estamos cerca de estas trampas el indicador correspondiente nos avisa, y si tenemos suficiente carga podremos activarlas. Por ejemplo, llevamos a un rival delante y vemos al fondo un helicóptero sobre la pista. Llegados a un punto, el indicador nos avisa de la posibilidad de activarlo, y nosotros tendremos que hacerlo en el momento oportuno, para provocar que el aparato aéreo suelte una carga explosiva sobre el rival. Cabe mencionar que no es necesario que impacte de lleno sobre el vehículo, ya que la onda expansiva actuará en consecuencia.

Ahora imaginaros lo mismo a gran escala: Llevamos a dos o tres rivales pegados al culo y tenemos el cargador lleno hasta el nivel 3, en ese momento pasamos cerca del aeropuerto y el indicador se ilumina; Lo activamos, y el resultado es que un avión de carga, de tamaño épico, toma tierra frente a nosotros, en la misma carretera por la que circulamos. Está claro que las posibilidades de que arrase con nuestros perseguidores son muchas (e incluso con nosotros si no lo esquivamos).


Ni qué decir de la espectacularidad de estos sucesos, que nos permiten contemplar destrucciones impactantes sobre el escenario. En algunos casos son tan tremendas que alteran el circuito, derrumbando parte del mismo y creando variaciones en las rutas. Y es que Split Second es sencillo de explicar en conjunto, pero imposible de describir en torno a lo espectacular de algunos sucesos contenidos. Ver derrumbarse una enorme presa ante nosotros, estallar una planta nuclear a nuestro paso, o derrumbarse la carretera bajo nuestras ruedas es digno de verse.

Las pruebas se suceden como si de temporadas televisivas se tratasen, y cada una corresponde a una serie de capítulos. Una vez dentro de los mismos se nos propondrán diferentes pruebas: Carreras normales, de supervivencia (dar "x" número de vueltas sin ser destruidos, mientras camiones enormes van soltando minas por toda la pista), huidas (escapando de la persecución de un helicóptero que nos pondrá las cosas muy difíciles), contrarelojes...y la finalidad es alcanzar, entre todas ellas, una puntuación determinada, para de esta forma optar a la siguiente sesión.

Gráficamente el juego es una maravilla, y el único pero, comprensible en consolas, es su limitada tasa de 30fps. A consecuencia de esto el título nos ofrece unos acabados que no se ven todos los días, con multitud de detalles y de efectos en pantalla, además de las geniales destrucciones ya comentadas (que son brutales). En PC también funciona a 30 imágenes por segundo, y no existe forma de forzarlo a 60. Es un tanto reprochable, ya que aunque el juego resulta igual de impresionante (algo más nítido gracias a la mayor resolución y al posible uso de filtrados extras), hubiera sido muy de agradecer su inclusión (un PC de gama media lo podría mover con esa tasa sin problema alguno).

El control es muy peculiar, y se asemeja bastante al de los Ridge Racer clásicos, pero con su propio "toque". Esto me parece un punto muy a su favor, y aunque al principio resulta "diferente", es esto lo que fuerza a que aprendas a dominarlo en condiciones. Personalidad, lo llaman. 


Split Second es de esos títulos con espíritu Destruction Derby, y es terrible que aparezcan tan pocos juegos con ese sentimiento tan demoledor y destructivo. Y no se entiende, porque es un género cada vez más olvidado y, sin embargo, uno de los que mejor partido le sacaría a la tecnología, por los recursos necesarios para montar una buena orgía de explosiones.

Por desgracia, el título pasó desapercibido y vendió una cantidad irrisoria de unidades...lo que propició que Disney Interactive (su productora, para asombro de muchos) se deshiciera del estudio que lo programó: BlackRock, quienes fueron los artífices del brillante, y también espectacular, Pure.

Es curioso, ya que no se trataba de una producción pequeña o de un juego menor, y Split Second contó con un amplio presupuesto y con la justa publicidad...fue una superproducción de bastante nivel.

Yo este fracaso se lo atribuyo a los supuestos simuladores, tan de moda hoy en día, que ni ofrecen el mismo espectáculo ni ofrecen simulación...pero eh! en ellos puedo trucar mi Ford Fiesta y darle "pal pelo" a un Ferrari...


No es un juego demasiado largo (tampoco es breve), y parecía destinado a recibir nuevas "temporadas" vía DLC, pero tras su poca repercusión se abandonó cualquier añadido.

En cualquier caso, es uno de los juegos más asombrosos de la séptima generación, y pasaréis horas hasta descubrir todos los elementos a destruir en los circuitos (algunos cuentan con hasta tres grandes demoliciones...y cuando digo grandes lo hago pensando en términos que ni podréis imaginar). Es realmente trepidante y original.

Recomendadísimo para los que busquen las sensaciones vividas en los recreativos, ya que este juego es un arcade de pura cepa, impresionante y vertiginoso. Nada de aburrido realismo, aquí prima la espectacularidad por encima de todo.

Existe una versión menor lanzada para PSP, y aunque no es una mala adaptación, carece de toda la espectacularidad de las demás plataformas. (Si es posible, y sois usuarios de videoconsolas, optar por la versión de 360, que rinde algo mejor). Si no lo tienes, estás tardando en conseguirlo.



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