miércoles, 30 de abril de 2014

BOMBERMAN 94


POR: METALMAN
(Revisión 2.0)

Bomberman 94 fue el último capítulo de la saga de Hudson aparecido en formato HuCard, y uno de los juegos más alabados de la serie dentro de su plataforma. Es, sin duda alguna, uno de los auténticos imprescindibles de PC-Engine.

Para empezar, hay que tener claro que Bomberman 94 (PC-Engine 1993) y Mega Bomberman (Megadrive 1994) son el mismo juego. Contienen sutiles diferencias, prácticamente inapreciables a primera vista, pero a grandes rasgos se puede hablar de la misma experiencia. En conjunto, por su vivo colorido, mejor definición y sonido más amigable (además de por alguna opción extra), gana el original para la consola de NEC. (Insisto, aun remarcando la superioridad del original, en su enorme parecido).

El dato a tener en cuenta es que la edición para la bestia negra de Sega fue un port realizado por Westone. Gracias a esta conversión, gran parte de la audiencia consolera europea pudo disfrutar del magnífico título de la serie, ya que de otra forma tan solo hubiese sido accesible para los poseedores de la máquina original de Hudson, y estos eran una reducida minoría. (Este análisis es válido para las dos versiones).

Tras el éxito de Bomberman y de Bomberman 93 (este último es, para algunos fans, el mejor título "clásico" de la saga) Hudson volvía a potenciar el sistema de juego que tantas alegrías le había dado. Si bien en los dos capítulos anteriores se trataba de eliminar a todos los enemigos del nivel para poder avanzar, en esta ocasión el planteamiento era algo diferente.


Aquí lo importante era destruir ciertas esferas repartidas por todo el escenario (algunas las portaban los propios enemigos, y otras estaban fijas en determinados lugares). Al conseguirlo se desbloqueaba el acceso a una especie de "lanzadera", que nos permitía viajar hasta el siguiente nivel, alterando de forma muy agradable la mecánica clásica de la saga.  

La inmensa mayoría de las pantallas contaban con scroll (no eran niveles fijos "mono-pantalla", como en anteriores títulos de la serie) o con puertas/accesos que nos llevaban a un sub-nivel de las mismas, lo que terminó por resultar en uno de los cambios más significativos y dinámicos de la serie.

Para la ocasión, el número de items/power ups se ampliaba hasta los 13 (14/18 si tenemos en cuenta a los Louies, de los que os hablaré más abajo), y podíamos encontrarnos desde el típico aumento de potencia, el reloj para detener momentáneamente el tiempo y la bomba extra, hasta el chaleco protector de fuego (objeto que nos permitía resistir un impacto) o las botas de velocidad, formando un abanico de posibilidades realmente variado.

También, como novedad remarcable de esta entrega, se diseñaron unos nuevos amigos de gran utilidad para Bomberman, llamados Louies (o Rooeys). No eran otra cosa más que una especie de canguros que podíamos encontrar, en forma de item (con aspecto de huevo), dentro de las pantallas, y que al conseguirlos se mostraban en diferentes colores. Cada uno con sus peculiaridades.


Existían cinco Louies distintos (verde, púrpura, azul, amarillo y rosa), y sus poderes iban desde el salto por encima de los bloques o las bombas, hasta la velocidad máxima (uno de los Louies, por ejemplo, no paraba de correr hasta que chocaba contra algún objeto en pantalla... creo que era el verde). No hace falta estar muy al día en videojuegos para darse cuenta inmediata del parecido entre estos personajes y los Yoshis de Super Mario...a un lado la similitud funcional y estética, lo cierto es que resultaban en un añadido que ofrecía más posibilidades y variantes, así que no hay queja alguna al respecto.

Volvíamos a contar con modo historia para un solo jugador (dividido en 5 mundos diferentes [6, si contamos el del enfrentamiento final] y compuestos por un total de 25 niveles), además de los diversos modos multiplayer (la versión de Megadrive solo admitía 4 jugadores a la vez, mientras que la de PC-Engine funcionaba con hasta 5). Esta edición aumentaba considerablemente el número de fases, modos y personajes seleccionables en multi-jugador, convirtiéndose en la reina absoluta del vs dentro de su plataforma. 

Otro factor mejorado en esta versión fue el diseño global, mucho más colorista y compuesto por un mayor número de adornos en pantalla, resultando más atractivo en su conjunto que en entregas más antiguas. Se notaba, y se agradecía, el acabado más estilizado de todos los sprites, incluido el del propio Bomberman, que aparecía en una forma menos redonda de la habitual. El colorido era también superior, y pasaba a convertirse, gracias al mismo, en uno de los juegos más resultones dentro de su plataforma (y también de Megadrive).

La definición en pantalla era sensacional (algo que se puede adjuntar a casi cualquier juego de la plataforma de Hudson y NEC) y el scroll, aunque no aparecía de una forma  constante, era también meritorio. (Hasta que no veáis in situ una PC-Engine funcionando, no podréis haceros una idea de la magnífica claridad y calidad de colorido que posee...).


A nivel sonoro era también una maravilla, y si bien resultaba algo más agradable en PC-Engine (con sonidos menos estridentes), en Megadrive no estaba nada mal el resultado obtenido, aunque no fuese uno de los títulos que mejor aprovechaba sus calidades en este aspecto (esta última versión contaba con algunas pistas de sonido diferentes). (Como suele ser típico en la saga, la mayoría de sus tracks están compuestas por melodías alegres y bastante marchosas).

Para el que nunca ha tenido contacto con la serie (se puede conocer bajo los nombres de Bomberman, Dyna Blaster o Panic Bomber en su versión de juego tipo Tetris, entre otros), decir que se trata de algo tan sencillo como colocar bombas para destruir a los enemigos, siempre jugando a evitar su onda expansiva. Simple y directo, aunque con bastantes detalles de por medio, pero esta es la base. (Son juegos realmente adictivos y sencillos de controlar, aunque requieren de una concentración total).

Posiblemente, y como único fallo a destacar, las fases contra los final bosses eran demasiado similares (el diseño del nivel era el mismo para todos, aunque el jefe cambiase radicalmente de aspecto), y acababa por ser un detalle que afeaba un tanto al conjunto, restando sorpresa ante un factor que era tan importante.

Por lo demás, terminó por resultar en un título maravilloso, independientemente de la versión elegida del mismo, y en uno de los auténticos clásicos del multiplayer. Si posees una PC-Engine es de obligada adquisición (y no es un título demasiado caro, costando entre 30/40€). Si, en cambio, eres dueño de la máquina de Sega, también es un cartucho importante, y el único de la saga dentro de la plataforma (tampoco es un título demasiado costoso, y suele rondar los mismos precios). 


Cuenta la leyenda que en su día, los chicos de Hudson, pensaron en crear un título exclusivo para la plataforma de Sega (cosa que hicieron con todos los juegos de la serie en Snes), y que el encargo les fue otorgado a los genios de Factor 5 (creadores de esa magnífica saga llamada Rogue Squadron). 

Estos últimos, diseñaron una demo técnica con un concepto diferente al de Bomberman 94, aunque similar, que contaba con la opción de permitir hasta 8 jugadores simultáneos (mediante la conexión de dos multitaps) pero, por motivos que se desconocen (aunque se intuyen como económicos), se les dio luz roja, y el asunto terminó en manos de los también clásicos Westone  (padres de Wonder Boy), a los que se les encargó un simple port del juego de PC-Engine...

Para finalizar, solo comentaros que Bomberman 94 fue el primero en implementar algo de peso en la trama del juego, creando una narrativa y unos sucesos algo más trabajados que en entregas anteriores.

Aun a sabiendas de que el magnífico Bomberman Saturn es el mejor de la saga (sin discusión posible), y de que existen algunas entregas muy buenas para Snes, Bomberman 94 sigue pareciéndome esencial, además de ser el capítulo que más evolución aportó a la serie. 


Recomendado, sin duda alguna, pues es uno de los títulos más importantes de la franquicia y absolutamente básico dentro de las dos plataformas en las que apareció. 



6 comentarios:

  1. Creo que en toda mi vida… jamás, he jugado a un solo juego de la Turbografx. Lo digo en serio ¿Y sabes lo peor de todo? Que creo que no soy capaz de entender el mecanismo del Bomberman. Nunca he sido capaz de jugar al Bomberman… es para echarse a llorar. Aunque se me daba muy bien el Bust-a-Move… jajaja!

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    1. Pues hay capítulos de Bomberman muy chulos (también los hay penosos...), pero aprender cómo funciona es sencillo: buscar un vídeo en youtube y fijarse en las mecánicas.

      Muy poca gente ha jugado a la Turbografx, ya que apenas tuvo ventas en nuestro país.

      Abrazos man!!

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    2. Si, pero en los 90, cuando el Bomberman arrasaba en los arcade y en las consolas de la época no había YouTube ni madre que lo fundó……………….

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    3. Pues tiene usted razón! Estaba pensando yo en el presente! (y es raro, porque vivo entre el futuro y el pasado)

      Está bien: Te perdono!

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  2. Me pareció una gran caca.

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    1. Pues lo siento amigo, supongo que en cuestión de gustos no hay nada escrito.

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