lunes, 22 de septiembre de 2014

CASTLEVANIA LORDS OF SHADOW


POR: METALMAN

Castlevania es una saga a la que no se puede catalogar de inventar nada, pues nunca lo hizo, pero todo aquello que supo captar de productos ajenos lo implementó durante años con éxito, y lo transformó, en su conjunto, en una forma propia. Le añadió un carisma especial, un diseño sublime y un sentimiento que pocos juegos han llegado a mostrar...Algo que Lords Of Shadow no supo hacer.

Siempre me ha resultado complicado hablar de Lords Of shadow, pues no es un juego de mi agrado, ni me parece un Castlevania a la altura, pese a que contiene virtudes. 

Nunca me atrevería a sentenciarlo como a un mal juego, pues entretiene y asombra en algunos momentos, además de contar con un diseño gráfico realmente notable y con una banda sonora brutal...pero siempre hay un pero.

En primer lugar, ni es un juego de acción pura ni tampoco un Metroid-Vania. En el segundo, no respeta de forma alguna el legado (confuso) histórico de la saga, aun contando con que se supone que es el primero a nivel cronológico (y esto es un fallo de bulto), y en tercer lugar...no aporta nada que sea propio, pareciendo un juego hecho a base de retales fácilmente reconocibles.


Los chicos de Mercury Steam, a quienes tenía en muy alta estima hasta que lanzaron esto, no se molestaron en camuflar nada: Personajes que se parecen a algún famoso, criaturas sacadas de variados films, mecánicas de Shadow of the Colossus, de God of War, de Dante´s Inferno...animaciones made in Tomb Raider y ataques y patrones también extraídos de tantos otros. 

Si no los jugaste no lo apreciarás, por supuesto, pero ha de quedar claro que ahí están, y sin apenas retoque alguno que haga de esos plagios algo propio. Es más, siempre van a peor, y se muestran más simples que en sus originales.

Su mecánica, calcada casi al milímetro de God Of War, es suficiente para entretener, pero se antoja pobre y simple al compararla en profundidad (y eso que GOW no es precisamente el grial de la complejidad), y deja entrever, también, uno de los problemas más clásicos de nuestros tiempos: la excesiva adulación hacia el jugador. (En realidad, se parece más en su conjunto a Dante´s Inferno, que apareció ocho meses antes, durante 2010).

Nunca morirás en un salto (son simples acciones sin riesgo), jamás tendrás problemas con el látigo, ya que llega hasta donde haga falta (unas veces mide 2 metros y otras 8...), los enemigos, aun perteneciendo a distintas razas o clases, casi siempre actúan bajo el mismo patrón...y así hasta el infinito.


Insisto: funciona, pero como tantos otros que solo aspiran a reutilizar una fórmula ya probada. Es un juego cobarde, se mire por donde se mire.   

Aun con sus "tributos" fácilmente reconocibles, sí que es un juego que puede asombrar en cuanto a tecnología y diseño, ya que muestra algunos entornos simplemente sublimes, e incluso ciertos personajes muy bien diseñados. Es impresionante en no pocos momentos, y quizá sea uno de sus mejores reclamos para seguir jugando: te pica la curiosidad por ver lo siguiente en mostrarse en pantalla.

El guión es simple (un Castlevania no necesita más) y triunfa por estar muy bien narrado, la verdad, pero comete un error tan grande, y tan imperdonable, que acaba por hacer que sean imposibles los sucesos de cualquier otro capítulo...y no, no voy a contarlo, no soy amante de los spoilers, y menos aun cuando se trata de algo tan garrafal.

Digamos que la historia en si misma no es mala, pero llegados a cierto punto (uno bastante temprano) podremos olernos lo que viene a continuación. Más que nada, porque bebe hasta hartarse del final y del significado de Shadow of the Colossus y de ICO (de su conexión, mejor dicho), de una forma tan evidente, y tan mezquina, que parece que en Mercury Steam se los habían terminado justo antes de empezar con el desarrollo de este juego...no digo más nada.


Otro de los puntos más flacos del juego, y ya lo he mencionado por encima, es lo básico y repetitivo de los patrones de ataque enemigos, que cuentan con menos diversidad de la deseable. Es un hecho, y valga como ejemplo que durante las primeras horas de juego solo luchamos contra lobos, extraños gorilas y arañas. Pues bien, los casi simios y los arácnidos se comportan igual, tanto atacando en grupo como por separado, incluso se manejan de la misma forma cuando los montamos. Los lobos, y también esa especie de "Gretchins", son previsibles, aunque algo distintos.

Son patrones que se repetirán durante todo el juego, aun en distintos tipos de enemigos. Tampoco quiero olvidarme de su ritmo: durante las primeras horas puede resultar soporífero, aunque es de recibo mencionar que mejora, siempre que tengáis aguante.

La banda sonora es muy buena, tanto que se merecía un puto Oscar, pero en nada respeta a los clásicos temas de la saga. Para un novato será excelente, y para un machaca como yo, también, pero de Castlevania tiene una mierda. En otra serie, sin temas tan alabados, conocidos y meritorios, no importaría, y nos quedaríamos con su calidad...pero aquí existen unas bases, unos temas que todo el mundo conoce y que no pueden faltar.

Que no exista un respeto por esos temas es tan grave como omitir en un Super Mario sus típicas melodías, y cambiarlas por cualquier concierto de Von Karajan: Calidad por un tubo, pero respeto igual a cero por la esencia original de su música. Sin olvidarnos que dentro de la serie han marcado tendencia compositoras de la talla de Michiru Yamane, quien merecía un mayor valor por parte del compositor Óscar Araujo (gran compositor, por otra parte, aun sin haber comparación posible).  


Este punto, el del sonido, es el que mejor representa lo que sucede con Lords of Shadow: Por muchas calidades que observes, nunca encuentras la esencia original. No hagas un Castlevania si no vas a respetar su espíritu.

En honor a la verdad, hay que decir que Castlevania, en sobremesas, llevaba muerto desde el lanzamiento de Castlevania 64, y que la saga solo funcionaba en portátiles (con títulos gloriosos, comparables en calidad al tan querido Symphony of the Night). Así que, objetivamente, este juego es mejor que los regulares títulos aparecidos en PS2, Xbox o N64...aunque infinitamente peor que los juegos para portátiles, añadiendo, de nuevo, que esto de Castlevania tiene muy poco.

Aquel que no sea muy dado a jugar, o que no posea una gran colección, sentirá más aciertos que yo, ya que puede encontrar frescura donde no existe (puro desconocimiento), al igual que el que no haya intimado en exceso con la saga: podrá gustarle, pero sus símiles contemporáneos ganan por goleada...

Me gustó su inclusión de puzzles, el diseño de niveles y el acabado gráfico en general, pero me mató (desde su inicio) la nula originalidad de su propuesta. Es un clon de un clon. También, y es de agradecer, se trata de un juego realmente duradero (mucho más largo que cualquiera de su especie), así que, si te atrapa, te resultará en una muy buena inversión.


Lords Of Shadow ha sido un juego que ha divido radicalmente la opinión general sobre sí mismo, habiendo quien lo considera una obra maestra (ya os digo que un plagio tan evidente no puede permitirse tal calificativo, y como mucho valdría con un "es muy bueno") y quien lo tilda de corrosivo, o cosas peores. Creo que esto demuestra su punto intermedio, y su lugar sobre la cuerda floja: ni es grande, ni es pequeño.

Por los 19,90€ que suele costar en consolas, nadie hará una mala inversión, aunque recomiendo su adquisición en Xbox 360, por rendir algo mejor y por contar con la opción de poder instalarse en el disco duro por completo. Aun con esto, si podéis, siempre será mejor hacerse con una copia para PC, que es más barata, funciona a 60fps (en consolas a 30 y renquea en algunas ocasiones...) y cuenta con una resolución infinitamente superior, además de otras características propias que lo hacen lucir más.

Un juego bonito y duradero que divierte lo justo, pero que no trascenderá a ningún nivel, excepto por ser el Castlevania menos Castlevania de toda la saga...que no es poco. Visceralmente le pondría un 5, pero toca analizarlo y ser justo, sobre todo con sus calidades plásticas, que no son moco de pavo:


  

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