STAR TREK INTO DARKNESS

POR: METALMAN

J.J.Abrams volvía a la carga con una segunda entrega para el reboot de la franquicia StarTrek, esta vez intentando conectar de manera más intensa con el legado de la tripulación original. Into Darkness puede que sea lo mejor de los dos mundos.

He de admitir, y conviene hacer un inciso de entrada, que la primera vez que visioné Star Trek (2009) sentí algo de indiferencia...me pareció un buen espectáculo, y me gustaron muchos de sus momentos, pero en conjunto, y es una opinión personal, se notaba un esfuerzo demasiado enérgico por distanciarse de la serie original.

Uno entiende, por fuerza mayor, que era un metraje destinado a captar nuevas audiencias, a expandir la franquicia y a convertirla en algo más grande para ponerla de nuevo en el candelero de la actualidad, y supongo que cumplió con su cometido.

El mayor problema, y vuelvo a la carga, era esa obsesión oculta por demostrar que los personajes de Star Trek podían ser ágiles, violentos e inclusive estúpidos, además de adolescentes sexualmente activos. Era, en conjunto, algo así como: Es Star Trek sin ser Star Trek...    

La he vuelto a ver en bastantes ocasiones, y ha terminado por convencerme aun con sus taras. No perdono ese énfasis por incluir líos de faldas entre la tripulación, pero el resto me vale y me sobra.

En Into Darkness ya no hacía falta presentar a nadie, ni meter relleno para que fuésemos testigos de una intentona por convencer a todo el mundo con su parte de rigor y con sus nuevos puntos de vista, pues aquí se trataba de crear una historia desde cero, de meternos de lleno en un nuevo viaje y de intentarnos convencer por medio de la propia película, y no de la mitología que gira en torno a ella.

Para gozo de muchos (yo incluido), Into Darkness no solo evita recrearse con nuevos puntos de vista, sino que tira, de cabeza y sin frenos, por recuperar una parte importante de la saga original, a través de uno de los villanos más míticos y queridos por los seguidores de siempre, pero representándolo todo en pantalla con una calidad y un ritmo acorde a los tiempos actuales. Es tal y como Star Trek (2009) tuvo que ser de principio a fin: tan fresca como posiblemente rigurosa.

Villano a parte (aunque ahora hablaremos de él), el film ya empieza de forma brutal y haciendo apología de todo lo bueno de las series, con ese inicio basado en la exploración de nuevos mundos y el encontronazo que supone estar ante una nueva y desconocida civilización. Convence, asombra y marca un ritmo exquisito, además de servir para demostrar lo que es el buen gusto por el diseño y lo que significa poseer una buena fotografía.

Según avanza la película, y también de forma brillante e inesperada (si tenemos en cuenta el intento por diferenciarse de la primera), uno siente con mucha más credibilidad a Spock, a Kirk, a Bones y al resto de la tripulación...no sabría decir si es por culpa de un mejor guión, de un estudio más profundo de los personajes originales, o simplemente porque los actores de estas nuevas entregas, tras el éxito de la primera película, se han convencido de quienes son y de quienes van a ser...lo importante es que son más creíbles, independientemente de el motivo que lo haya provocado.

Ya inmersos en faena, y tras la presentación inicial, esta entrega nos devuelve a Khan, presentando sus inicios y mostrando a la audiencia el por qué de su merecida fama... Es un gran rival, metido dentro de una buena historia y de una forma muy meritoria: aun siendo un universo paralelo el de estos nuevos reboots, no entra en conflicto con el personaje original.

Khan es un loco, capaz de poner en alerta a toda la flota interestelar y de iniciar una posible guerra entre humanos y Klingons. Es un maldito genocida, y la misión de la tripulación del Entrerprise será la de apresarle. 

Encontraremos humor, amor, acción y algo de misterio, en dosis justas y muy bien medidas, redondeando, de nuevo, en una mejor mezcla, y menos hiperbolizada, que la de la entrega original. Se siente muy cómoda en casi su totalidad para el fan de toda la vida, y doy por válido que resultará altamente entretenida para el que desconozca la saga.

Es difícil, por culpa de todo el metraje existente (DS9, La nueva generación, Voyager, Star Trek...), mostrar algo nuevo y sorprendente dentro de este universo, y me congratula que Abrams lo haya conseguido, sin convertir al nuevo film en una película de acción al uso.  

Me gustan, sin ser lo único, sus espectaculares efectos especiales, y la estupenda forma en la que se han mezclado sets y técnicas artesanales con infografía. Están tan bien realizadas las primeras, que será difícil distinguirlas del contenido 100% digital.

Por otra parte, me ha encantado Bones, e incluso los dilemas morales de Spock, medio humano medio Vulcaniano,...hasta Chris Pine me ha recordado muy mucho al inimitable Kirk (o al menos a lo que yo entendería por su versión juvenil). En conjunto, todos están en su sitio (joder! hasta John Cho luce estupendo como Sulu).

Capítulo a parte merece Benedict Cumberbacth, que sin ser un actor al que te imagines en el rol de alguien que infunda auténtico terror, lo ha clavado, terminando por ser mucho más temible que su original...e imponiendo mucho más que Peter weller, que es uno de esos extras que se agradecen en el alma, pero que merecía un guión más complejo y sádico.

Sin entrar en más detalles (pienso que es una película que gana mucho sin saber de su contenido y sin expectativas en relación a este), solo queda deciros que si sois amantes de las series originales disfrutaréis con Into Darkness, y que si, por contra, sois nuevos en esto, también lo gozaréis. 

Ahora solo queda esperar otra gran película con los Klingons como auténticas némesis, a los Borg dentro de la serie original (de su reboot, más bien), y rezar por encontrar también alguna forma de conectar el universo de La nueva generación con este otro...que creo que sería la bomba con un buen guión de por medio (Si en Generations se pudo dar el caso, aquí también, aunque con las versiones jóvenes de Picard y compañía). (Mucho estoy pidiendo).

Cine de aventuras con mayúsculas.