STAR WARS EPISODE 1: RACER

POR: METALMAN

Si algo se tuviese que destacar del episodio 1 de Star Wars, sin duda alguna sería la escena de las carreras de vainas, cuya temática y diseño pedía a gritos ser recreada dentro del videojuego.

Es de recibo reconocer que la mítica escena de la carrera de “pod racers” se convirtió en uno de los momentos más espectaculares de toda la saga, y portar esas sensaciones a un videojuego estaba más que justificado, pero ¿lograron los programadores de Lucas Arts transmitir todo su encanto? 

La respuesta es afirmativa, ya que consiguieron un juego que sin ser el no va más, en cuanto a potencia, se las apañaba bastante bien para dejar impresionado al personal, además de hacerle sentir una emoción semejante.

A nivel técnico lo más destacable fue su conseguida sensación de velocidad, abusando (para bien) de un desenfoque exagerado en sus texturas, logrando con ello simular artificialmente velocidades absurdas. 

Los escenarios en los que transcurrían las carreras fueron representados de una forma más que convincente, y había que destacar al circuito “clásico de Boonta”, directamente extraído del film. En conjunto, sus 25 pistas (cifra realmente abultada para la época) consiguieron transmitir un espíritu muy creíble dentro de su universo.

En su faceta jugable nos encontrábamos con alguna irregularidad menor, debido a una curva de dificultad bastante sorpresiva, proponiéndonos un desafío casi inexistente en la primera copa (el juego constaba de 3 copas con 7 circuitos cada una, más una especial de 4) y un desmedido aumento a partir de la segunda. Aun habiendo dicho esto, por aquel entonces los videojuegos se hacían para durar, y tampoco voy a contemplarlo como algo exagerado.

Lo cierto es que el juego, en temas de dificultad, se resentía más en unas plataformas que en otras, motivo por el cual quiero hacer las pertinentes distinciones, aun queriendo centrarme más en la de Dreamcast:

NINTENDO 64: No cabe la menor duda al respecto, y se trataba de la versión más contenida y problemática, aunque es de recibo afirmar que aprovechaba a tope todo lo bueno que incluía la máquina.

Su capacidad para mostrarse en alta resolución y su fiel aspecto gráfico fueron los puntos más fuertes, aunque su limitada potencia de procesado forzó al juego a contar con repentinas bajadas de frames que terminaron por repercutir en su control.

Estas bajadas se daban principalmente en los circuitos más extensos y en los que contaban con mayor carga gráfica. Es cierto que en algunos de ellos ni tan siquiera resultaba en un problema, pero en otros tantos el framerate podía llegar a situarse por debajo de los 10fps.

Cuando un juego funciona a estas tasas tan bajas, sucede que los movimientos del pad no son mostrados visualmente de forma correcta en pantalla, y hasta parecen no corresponderse, o hacerlo de forma tardía y mediante saltos. Si jugábamos en modo de baja resolución el conjunto era más fluido y estable, aunque menos nítido.

Esta edición omitía las escenas pre-renderizadas de sus versiones para PC y Dreamcast, y contaba con un apartado de audio inferior a todas luces, demostrando gran calidad, pero con una compresión elevada. 

Aunque pueda parecer que la estoy desprestigiando, quiero dar a entender todo lo contrario: no era la más potente porque N64 no podía compararse con la 128Bits de Sega, y mucho menos contra un PC dotado de aceleración gráfica 3D...pero dentro de su sistema era un título imponente, con sus taras y limitaciones, pero a destacar aun con ellas.

DREAMCAST: La versión mejor parada a día de hoy (2014) contó con una resolución (480p) y una nitidez remarcables, más una suavidad y una respuesta de las que careció su versión para Nintendo 64.

En esta versión, con cada carrera ganada el premio era mayor (800 en N64 y 1200 en Dreamcast, en el caso de la primera copa), con lo cual conseguíamos mejorar con mayor celeridad nuestro pod racer, cuyo efecto incidía en una mejor preparación para afrontar las copas más difíciles.

El control del juego ganaba muchos enteros, a consecuencia de la suavidad que aportaba esta versión, manteniendo un framerate mucho más estable en torno a las 60 imágenes por segundo, recalcando también, aunque no afectaba en exceso, que el stick de Dreamcast aportaba una exactitud mucho mayor que el de N64.

La distancia de visión mejoraba sutilmente, pero la nitidez de los objetos lejanos, el número de fuentes de luz y la calidad de sus texturas resultaban en aspectos mucho más trabajados y distantes.

Hay que decir que comparando ambas versiones cara a cara resultaba más sencillo ganar las carreras en la máquina de Sega, e insisto en la importancia que tiene su tasa de imágenes y lo mucho que repercute la calidad del control en torno a ella.

El sonido era infinitamente superior al de N64, ya que sus pistas no contaban con la compresión a la que obligaba el formato de cartucho de Nintendo.

Al igual que en la máquina de Nintendo, Racer resultaba en un juego destacable dentro del sistema de Sega.

PC: Aun siendo la más rápida, la que cuenta con mayor resolución, calidad de sonido y fluidez, por desgracia es la menos recomendable, pues su reproducción en sistemas con Windows XP, Vista, 7 y 8 se hace “casi” imposible a día de hoy, por culpa de la incompatibilidad de los drivers gráficos actuales.

Con sistemas ATI existen una serie de parches, que a mi me han servido con una antigua gráfica, pero no se certifica al 100% su buen funcionamiento, y si tenéis una NVDIA con drivers actuales…olvidaros del todo.

Si tenéis algún ordenador de hace unos cuantos años es la opción más recomendable, y si no es así, buscad el cartucho para la 64 de Nintendo o el GD-Rom de Sega.

Está claro que en su día resultó ser la más potente, pero insisto: aun con la virtud de que los juegos de PC suelen correr en casi cualquier nuevo sistema con Windows, en este caso no es así.

4 tipos de vistas (a cada cual más espectacular, destacando a la que nos situaba en mitad de las "toberas"), velocidad de vértigo, posibilidad de mejorar nuestro pod y ganar otros nuevos según avanzamos en la trayectoria, fabuloso multi-player (a pantalla partida en consolas y con opción de internet/lan en PC), banda sonora genial, atractivo apartado gráfico y en definitiva: Un gran título se juegue en el sistema que se juegue, destacando al mejor balanceado en su versión Dreamcast, pero sin hacer asco alguno a sus demás versiones.

Desde mi punto de vista es un gran juego, que no tildaré de perfecto, pero que recomiendo sin lugar a dudas, principalmente para los amantes de las carreras con aspecto futurista o SciFi (no tiene nada que envidiarles a sagas como Wipeout, Rollcage o juegos similares).

Lo más llamativo (lanzando la vista atrás) fue la nota superior que se le otorgó a la versión de N64, siendo más alta que la de PC y la de Dreamcast, lo cual es del todo inexplicable, y más aun después de haberlas probado todas a conciencia para hacer la comparativa (con el sufrimiento añadido de hacer rular la versión de PC…casi muero en el intento…).

Insisto: juego entretenido y muy recomendable para cualquier plataforma, aun contando con diferentes taras en alguna de ellas.