THE SUPER DIMENSION FORTRESS MACROSS

POR: METALMAN

Macross, mayormente conocida por algunos bajo el nombre de Robotech, sigue siendo una serie que arrastra a cantidades ingentes de admiradores, por lo que sus derivados tienen un valor especial. Hoy vamos a centrarnos en su adaptación al videojuego para la 32Bits de Sega.

Es una pena que algunas de las más grandes series de todos los tiempos no hayan contado con adaptaciones a la altura, caso que me recuerda constantemente al sucedido con esa otra imprescindible que es Hokuto No Ken: toneladas de juegos de todo tipo, y tan solo un par pueden considerarse decentes.

Con Macross ocurre exactamente igual, y no son pocos los videojuegos que se han creado alrededor de su fenómeno, pero con la excepción de los más que válidos arcades de Banpresto, y del simplemente correcto capítulo aparecido para Snes (Scrambled Valkyrie), el resto es más que discutible y poco recomendable a efectos prácticos, aunque no a niveles de coleccionismo u otros más simbólicos para los fans.

The Super Dimension Fortress Macross tampoco llegó a cumplir con las espectativas despertadas, y eso que pudo ser el proyecto (dentro del mundillo del ocio interactivo) más caro y entusiasta que la serie jamás soñó.

Hubo mucho dinero de por medio, además de participaciones tan importantes como las de Shoji Wakamori y Noboru Ishiguro, responsables de la serie inicial. Se contrató a diseñadores para crear CG´s de calidad, se remasterizaron y limpiaron archivos del film Do you remember Love? (sobrenombre que lleva realmente el juego, y que no he añadido para no alargarlo tanto), para incluirlos como metraje en formato digital, y se emplearon pistas de audio del mismo.

Emotion produjo un juego bastante costoso para tratarse de una licencia, empezando por los costes propios de los derechos, pertenecientes a esa gran clásica (muy desconocida para los occidentales) que es Tatsunoko.

Para que entendáis la importancia de este título, al menos al nivel que pudieron sentirlo los japoneses, se trataba de una adaptación que incluía parte del metraje animado más querido y mítico jamás producido en la tierra del sol naciente (que no os engañen, ni Akira, ni ningún otro film similar, armó el revuelo que levantó Do you remember love en 1984...seguro).

Así pues, y por distintos motivos, este producto distaba a un mundo de adaptaciones tan discutibles como la aparecida para NES/Famicom, y pasó a convertirse en algo realmente importante y deseado (insisto: al menos en su tierra).

Aquí un servidor tiene grabada a fuego esa película, ya que fue una de las primeras cintas de dibujos animados que alquiló, para el olvidado sistema de vídeo 2000...(Haciendo un poco de offtopic, os diré que a mediados de los 80 era muy fácil encontrar cintas de dibujos animados que jamás volvieron a aparecer en nuestra tierra, como esta, o con ejemplos tipo Voltron, Ultraman y similares. Tuve suerte, ya que por esa época me hinché a ver rarezas...la pena es no recordarlas con la precisión deseada...).

Este fue mi primer contacto con Macross, ya que el film pudo alquilarse antes de que nos llegase la serie animada, de manos de una recién nacida TeleCinco, quien había comprado los derechos de la adaptación americana (que se distingue por variar algún concepto, eliminar una parte mínima del metraje original y por introducir algún cambio sutil en determinados nombres, además de por llamarse Robotech, y no Macross).

Volviendo a lo que toca, cuando el videojuego se lanzó para los sistemas PSX y Saturn, se convirtió en un éxito de ventas. Más por cariño y por admiración hacia la serie que por cualquier otro motivo (algún día tocará hablar de como EE.UU se doblegó ante Japón gracias a esta serie, y de la importancia que esto supuso para los nipones), ya que resultó ser un producto carente de desafío...

Es decir: Era bonito, realmente bonito, y contaba con los diseños originales de los "Valkyrie" y de los Zentradi/Meltradi, totalmente reconocibles y recreados con auténtico mimo.

Sonaba a gloria, y el metraje y las nuevas escenas informatizadas lo redondeaban todo en un producto de gran atractivo audiovisual. Pero eso era todo.

La escala de las naves era demasiado grande (se trata de un shoot´em up), el sistema de transformación (los Valkyrie pueden variar en tres aspectos diferentes) no aportaba nada realmente diferenciador, y la estructura general del juego era la de ...verlo todo pasar ante nuestros ojos, con muy poco gameplay de por medio. 

La realidad es que no se puede hablar de un mal juego, porque apenas cuenta con fallos o errores, pero sí de uno aburrido en exceso, y poco inspirado, claro.

Los dos CD´s que componen el juego contienen más vídeos que cualquier otra cosa (estupendo para los fans, dicho sea de paso), y creo, si mal no recuerdo, que en PSX apareció una versión con un tercer CD, que contenía la película en formato MPEG.

Una de las características más llamativas del juego, a parte de la ya comentada escala, es la mezcla de entornos en 3D (en vez de paralajes 2D) con sprites, que conjugan de forma exquisita y que lo hacen sentir más moderno que otros contemporáneos suyos.

Insisto en que es simple, tanto como un chupete, pero tiene encanto y luce muy bien, por lo que es, en resumidas cuentas, uno de los mejores productos alternativos a la serie original.

Es un juego bastante barato, que con algo de paciencia se puede encontrar por apenas 20€, y que le resultará básico a cualquier amante de la saga, ya que su foco está muy bien dirigido.

Nunca podrá considerarse un gran shooter, pero sí ha de "venderse" como un gran producto de la serie Macross.

Aun con su simpleza, lo sigo prefiriendo antes que cualquier otra adaptación consolera, pues esta es la más fiel de todas. En todos los aspectos.

La versión para PSX cuenta con mayor calidad de vídeo (a pesar de que en Saturn es uno de los mejores en este sentido), aunque en el resto de apartados son idénticos. Por cierto: la versión para PlayStation apareció dos años después, en 1999). 

Solo para fanáticos de la serie: No es un gran juego, pero sí un gran producto basado en la serie. Larga vida a Lynn Minmay!