LES MANLEY IN LOST IN L.A.

POR: METALMAN

Libertad, caspa en abundancia y muy poca vergüenza...los productos de los 90 se llevan la palma en cuanto a originalidad, principalmente dentro del mundillo del PC. Puede que dentro de estos (los más cómicos con un puntito verde) la saga más famosa sea Leisure suit Larry, pero no la única.

Les Manley tuvo su momento, con una primera aventura que mezclaba el clásico sistema point & click con el ya desfasado estilo conversacional (sí, en determinados momentos teníamos que introducir textos).

El éxito no lo acompañó, y aunque poseía cierta gracia (la justa, o algo menos) apenas logró llegarles a los amantes de la aventura. Accolade, tan solo un año después (1991), lanzó una continuación, mejorada en todos los aspectos y mucho más parecida a los juegos de Sierra.

Esta similitud no viene dada solo por el empleo de gráficos VGA en 256 colores, sino por el más que aparente parecido a nivel de diseño. Si bien esto es cierto, Lost in L.A. utiliza constantemente imágenes de actores/actrices reales e incluso añade pequeños clips de vídeo, por lo que termina resultando en un acabado algo más propio.

Parece un Larry, sin duda, pero un Larry de serie Z: personajes del cine de terror ("a la" Jason), némesis extraída del fantasma de la ópera, mujeres que luchan en el barro, culos, tetas (tranquilos, no se ve pezón) y alguna escena picantona...hasta muertes gore, por dar más señas, son sus reclamos más locos.

Añadamos a un amigo enano apellidado Frijol (del tamaño de un mechero) que ha desaparecido junto a su novia "LaFonda Turner" y al que tendremos que rescatar...o algo, mujeres en ropa interior hablando de MS-DOS, investigaciones dentro de los famosos estudios de la "Paramound" e incluso flashbacks realizados con imágenes del juego anterior.

Secundarios con nombres tan atractivos como "Maladonna" y hasta una banda de raperos bastante cómicos que no saben rimar. El chiste está ahí, constantemente, pero es tan malo y tan barato que...enamora.

Seré realista: como aventura gráfica es una mierda pinchada en un palo, pero como experiencia es sublime, porque ha de ser difícil crear un monstruo semejante. Les Manley in Lost in L.A. es lo más casposo jamás creado dentro de su género y, posiblemente, de lo menos desafiante, pero es tan ridículo y tan fan service de lo más tontuno, que logra brillar. Puede que en términos negativos, pero brilla.

Siempre que analizo juegos de este tipo (Harvester, Deadly Premonition) me sucede lo mismo: me imagino, en plena infancia, visualizando un capítulo cualquiera de Doctor Who y pensando: si fuese menos cutre no sería tan genial.

Es decir, si lo enfocamos solo como un entretenimiento más, y no como un videojuego que ha de cumplir con ciertos requisitos, funciona, porque aun siendo malo, rematadamente malo, entretiene y asombra. Terrible producto, genial pasatiempo. Sin trascendencia positiva, pero capaz de marcar un recuerdo poderoso.

Ni tan siquiera se puede decir que tenga una estructura con sentido, ya que casi todo se resuelve dando vueltas en un orden concreto (es más importante la conversación que la interacción mediante puzzles).

Quizás, lo que le falta para ser bueno le sobra a nivel de personalidad, como a casi todos esos juegos "malos pero buenos". Que el caos tiene su encanto y su importancia es innegable, y Lost in L.A. de esto último tiene mucho.

Y es que, con solo presenciar la intro, uno sabe que está ante algo grande, cutre y muy peculiar, de lo que no quiere apartar la mirada. Llegará a pensar ¿qué cojones hago jugando a esta mierda? pero a la vez querrá saber más. La curiosidad mató al gato, dicen. (Te jodes, por curiosón).

Hubo un tiempo, que también sucedió durante los 90, en el que se dio un destape muy similar al que aquí vivimos en formato cinematográfico, y que implicaba, por ser lícito, abusar de reclamos bastante sexistas...

Dentro de un trasfondo humorístico, y más aun con un personaje principal tan estúpido, no llega a tener importancia, pero responde a ese canon de "lo hago solo porque puedo". La libertad es eso, poder hacer lo que quieres, aunque el criterio debiera imperar sobre el "todo es posible".

Lo siento de corazón, pero a mi me pones dentro del mismo paquete a un ligón con cara de estúpido que utiliza pajarita, a su amigo estrella de Hollywood que cabe en un paquete de cigarrillos, a mujeres culturistas diciendo sandeces en bikini y a un malo con la cara deforme...y ya lo tengo todo para ser feliz.

Por si pareciese poco, los gráficos son genialmente cutres y la música es lo más ridícula que te puedas echar a la cara. Algunos sueñan con ser millonarios, pero a mi me bastaría con crear una basura tan genial.

Allá donde falte talento, que al menos exista una abultada personalidad: Les Manley in Lost in L.A. Creo que ya lo he dicho todo.

La nota, por supuesto, solo habla del producto, y no del valor añadido que es su cutrez.