viernes, 1 de mayo de 2015

TINY TOON ADVENTURES: BABS´BIG BREAK


POR: METALMAN

El primer cartucho de los Tiny Toons, lanzado en Gameboy, tiene el privilegio de ser uno de los mejores videojuegos para todos los públicos que posee el sistema, y a veces los críticos, los usuarios y los que acceden a él por primera vez en nuestros tiempos, se olvidan de su target.

Aquí el que redacta se siente extraño cuando tiene que analizar un juego "para todos los públicos", y los más asiduos lo entenderán rápidamente: siempre defiendo que los videojuegos, antes, poseían un espíritu algo más desafiante, porque los programadores y diseñadores no tenían que temer al jugador a la hora de retarlo...

Es decir, no es que abogue constantemente por dificultades excesivas o por complejidades que requieran de un estudio profundo, pero me declaro amante de la progresión bien medida y de hacerle practicar al jugador. Ha de existir un factor sorpresa y una posible mejora de aptitudes en cada nueva partida o ante cada nuevo nivel, y esto debiera ser máxima de cualquiera que se dedique a desarrollar videojuegos.

Por supuesto, me suelo referir con ello a títulos para gente con un mínimo de pericia o de recorrido dentro del mundillo, y no me atrevería a sentenciar la misma demanda para juegos que necesitan ser más simples, más directos y menos enrevesados. Los títulos infantiles y los que se enfocan para un público casual pueden prescindir, en cierto grado, de esas exigencias, aunque debiera mantenerse, como mínimo, el factor sorpresa durante el avance.


Muchos de ellos llegan a ser demasiado simples incluso para ese mercado, y por querer ser directos pecan de aburridos. Creo que en realidad es mucho más complicado diseñar un buen balance cuando te lanzas a programar para este sector, y es por eso que cuando algo bueno y sencillo tiene su mérito, lo aplaudo con la misma efusividad que a lo más "rico" dentro del panorama de lo hardcore.

Durante ese tremendo año que fue 1992 (uno de los más bestias [no me cansaré de decirlo] de la historia del videojuego) aparecía la primera adaptación portatil de la estupenda serie made in Warner/Amblin para Gameboy, bajo el título de Tiny Toon Adventures (con la coletilla Babs´Big Break). El cartucho, de excelente factura a todos los niveles, ya lo anticipo, fue realizado por Konami...por la antigua y bestial Konami, no por la actual empresa que se hace llamar igual y que dice ser la misma...

Bastaba un mínimo primer contacto para notar lo bien que se había trasladado la esencia de la serie, gracias a un apartado gráfico agradable, a una muy buena transición a la hora de diseñar a los personajes y a un mundo de fondo que no dejaba de recordar al de los inimitables Super Mario Bros.

Quizás triunfó por parecerse a tan buen ejemplo y a saber simplificarlo hasta lo justo y no más, o puede su propia medición, sin entrar en comparativas, fuese la adecuada y punto. Sea como fuere, la cosa agradaba con solo llevar unos instantes a los mandos, y detalles como el sonido o la estupenda respuesta incrementaban sus calidades.


He de decir, y es una sensación personal, que recuerdo, en aquellos tiempos, combinar partidas de Battletoads para NES (el colmo de la dificultad y de la frustración) con este que hoy nos ocupa (muy sencillo para cualquiera con unas "tablas"), y disfrutaba plenamente de lo que ofrecían ambos, aun siendo mundos radicalmente diferentes en sus conceptos sobre la diversión.

Tiny Toon Adventures contaba con cierta variedad (principalmente, a la hora de contar con diversos personajes y de estructurar las fases con algo de distinción entre unas y otras), con algo de clase "heredada" y con una simpatía procedente de una serie carismática, a lo que había que sumar una duración decente, para tratarse un juego portátil, y unas calidades generales bastante altas.

Divertía, o al menos resultaba entretenido de principio a fin, e incluso podía permitirse el lujo de ser un buen juego de cabecera para aquellos que todavía no poseían el título de "jugadores".

Entiendo, y puedo equivocarme, que parte de su éxito estuviera asegurado por culpa de su procedencia, ya que los jóvenes Toons disfrutaban de un momento de popularidad en aumento, pero es indiscutible que había encanto de por medio y que el juego, hablando de sus propiedades, gustaba a unos y a otros.


Saltar, lanzar frutas a los enemigos, recoger gemas, comprar items y luchar contra los jefes finales de turno...nada nuevo bajo el sol, pero ni falta que hacía, porque necesitaba ser identificado rápidamente (volvemos a ese Super Mario Bros.) y comprendido de inmediato. Y así lo hizo, por lo que triunfó.

Llamadlo nostalgia, criterio irregular o, directamente, mal gusto, pero a mi este juego me resultó básico en su momento, y quiero pensar que para cualquiera con menos vivencias dentro del mundo tuvo que ser aun más significativo.

Creo que es otro de esos juegos aconsejables al 100% para los infantes, porque no busca ser una simple imagen agradable y porque en realidad supone un reto con un mínimo de requisitos y de pericia (baja, pero la requiere), por lo que es un pleno en relación al público al que iba destinado: cualquiera.

Tanto me gustó que llegué a preferirlo por encima de otras conversiones inspiradas en la misma serie y desarrolladas también por Konami, como pudieran ser los casos de las entregas para las sobremesas de 16 Bits (muy bonitas y bastante recomendables, pero con un diseño y un balance no tan claros).


Un buen juego para niños y para gente poco habituada, a la vez que un gran pasatiempo, liviano y sin complicaciones, para el que ya estaba entrenado en estas lides. Grande Game Boy, grande este Tiny Toon Adventures y grande Konami...al menos, por aquel entonces. (Y recordar: la nota es en base a ese "para todos los públicos"). 


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