UNTIL DAWN

POR: METALMAN

Las películas interactivas no son un género nuevo, ni tampoco uno bien visto, pero a veces aparecen títulos de esta índole que despuntan y logran triunfar. Until Dawn es uno de ellos, además de todo un homenaje al mejor Slasher y al cine de terror juvenil.

No es una obra maestra, ni un videojuego con un gameplay que despeine. Tampoco re-inventa la rueda ni nada por el estilo, pero Until Dawn funciona mucho mejor que la mayoría de sus semejantes, porque sabe capturar la atención y porque ofrece un número de posibilidades que otros no tienen.

Ya hemos disfrutado con grandes historias y con geniales apartados técnicos gracias a Quantic Dream, quienes realizan espectaculares experiencias embutidas dentro de juegos pobres. Son recomendables, pero no dejan de parecer películas con pulsaciones de botones de por medio. No han sabido romper, o disimular, la linealidad de aquel medio, y es por eso que aun siendo asombrosos productos son juegos mejorables.

En cambio, el juego que nos ocupa lo ha solventado de mejor manera. En primer lugar, porque se parece más a uno de esos viejos libros de "busca tu propia aventura", en temas de posibilidades narrativas, que a un film, y en segundo porque suple una interacción pobre y muy sencilla con la inclusión de una trama diversa y llena de sustos y posibilidades.

Ocho jóvenes de excursión, en una vieja cabaña donde un año atrás murieron dos de sus amigas. A todos los vamos a controlar, y dependiendo de nuestras acciones (si fallamos o no los QTE) algunos morirán y otros se salvarán. Por si resultase poco atractiva esta particularidad, hemos de sumar que pueden cambiar los conceptos y las relaciones que tienen entre ellos, mediante la selección de unas líneas interactivas o de otras.

Dicho de otra forma: pueden morir en su mayoría o puedes salvarlos a todos, pueden llevarse de fábula o puedes provocar que unos perezcan por culpa de otros...y aunque el desenlace es prácticamente igual, la riqueza de situaciones entre los protagonistas acaba por suplir de muy buenas formas el control tan sencillo y tan poco interactivo que propone.

Vale, la jugabilidad es más plana que una tabla de planchar, pero eso no hace que pierdas interés o que no intentes llevar a cabo una segunda partida en la que planeas que todos sobrevivan. Un apunte: no hay checkpoints. Es decir, la partida se guarda, sí, pero si pierdes a un integrante no puedes volver atrás, por lo que o continúas o empiezas de nuevo. Brillante, porque en un juego de terror la muerte no puede ser baladí.

Existen muchos juegos que encandilan más por su posible factor sorpresa o por un buen diseño que por cómo ha sido concebida su jugabilidad, y Until Dawn es de esos. No importa su simpleza, que a la vez lo convierte en un juego apto para todos los públicos (independientemente de su pericia), sino esa facilidad que tiene para dejarte con ganas de más: ¿quién morirá?, ¿cómo?, ¿cuándo y por qué?, ¿lograré salvarlos?, ¿quién es el asesino?

Si además de jugador eres amante de los Slasher o del Xploitation, entonces estás de doble o triple enhorabuena, porque Until Dawn podría ser, perfectamente, un juego sacado de la mente del genial Wes Craven (fallecido recientemente, por desgracia).

Algunos sucesos son predecibles, otros calcados de algo ya visto y algunos son una orgía sumamente original relacionada con la muerte y con el sufrimiento de jóvenes demasiado curiosos: si algún género necesita por fuerza mayor sus clichés, ese es el Slasher, y doy fe de que aquí se cumplen todos.

Pareja calentona, empollona, graciosete, tipo bondadoso, perra..., listillo, están todos los carácteres típicos del género, y las situaciones se dan igualmente: No vayas hacia la habitación de los ruidos o vas a morir (y muere), no practiques sexo (y posiblemente mueras), no seas el típico cabrón que se ríe de la gente con problemas (muerte segura) y no seas excesivamente graciosete. Joder, es toda una oda hacia lo que emula, y lo hace 100% bien.

Tenemos un juego simple, un montón de posibilidades que influyen en el desarrollo de la trama y en torno a los personajes, posibilidad de evitar (o de forzar...) sus muertes y todo un tributo hacia el cine de terror, pero hay que sumar un apartado gráfico excelente (por momentos roza el foto-realismo, y la iluminación es fantástica), con unos modelados espectaculares y con una ambientación soberbia.

Lo único que falla a este nivel, y es del todo perdonable, es que a veces las animaciones se sienten excesivamente artificiales. Por norma general, la expresividad facial y el movimiento de los protas es muy bueno, pero existe cierta tendencia hacia la sobre-actuación (es gracioso, porque aun siendo un fallo lo normal en estas pelis es que ocurran estas cosas), y a veces dejan de percibirse con tanto asombro (los caretos son IMPRESIONANTES) y salen algunos gestos de muñecote que rompen con el grado de calidad conseguido...pero no tiene importancia alguna, la verdad.

Los FX y la música están muy bien, y el trabajo de doblaje me parece estupendo (no paro de leer que es mejorable, pero está muy por encima de la media).

Desde mi humilde punto de vista, Until Dawn es lo mejor que se ha realizado en mucho tiempo dentro del género del terror videojueguil, y puede que no sea perfecto o que se quede corto en términos de interacción, pero logra entretener de principio a fin, y eso no pueden permitírselo todos los juegos.

Junto al imprescindible Asurah´s Wrath (para mi, una jodida obra maestra de su género) y a los clásicos Time Gal y Road Avenger (aunque estos dos son mucho más limitados y lineales, ya que hablamos de películas interactivas de 16 Bits/Laser Disc), Until Dawn se ha convertido en uno de mis predilectos.

Insisto: no es una obra maestra y no posee la riqueza jugable de otros juegos, pero su realización, su variedad en relación a lo que ocurre con los protagonistas y con cómo se relacionan, y lo bien que se las apaña para que quieras llegar al final y volver a jugarlo para cambiar ciertos sucesos, lo convierte en un título sumamente curioso y del todo recomendable.

Perfecto para jugarlo con los colegas o en pareja, e idóneo para todos los tipos de jugadores, ya que su control invita a cualquiera a sentirse cómodo a los mandos (lo que yo llamo un gran juego para todos los públicos).